ARQUÍMEDES
—Arquímedes— era mi madre, quite la sabana de mi cabeza. Estaba recargada en la pared con las manos cruzadas. — ¿Vas a ir a la escuela hoy?
Negué con la cabeza y ella sonríe.
— Faltaste ayer— me dijo. Volví a taparme con mi cobija.
— ¿Y?
— ¿Y? ¿Es en serio? Vamos, levantate y arréglate, iras a la escuela— dijo mi madre.
— No quiero— le dije aferrándome más a mis cobijas.
— No tienes opción... ¿Quién te crees? Los adolescentes van a la preparatoria y si no quieres seguir el ejemplo de tu madre, iras ahora y aprobaras todas tus materias— me dice tratando de quitarme las cobijas de encima.
Me las quito yo mismo y la veo con el ceño fruncido. Gruñí de la manera más fea posible solo para que después de 15 minutos de arreglarme estar en el coche con mi madre sonriendo por su triunfo.
Veía por la ventana, estábamos tan cerca de la escuela que me daban escalofríos, pero en un semáforo dio un giro inesperado, en definitiva no era el camino para ir al colegio. Me volteo a mi madre y ella no decía nada, ni siquiera me miro.
— ¿A dónde vamos?— pregunte confundido, ella se encogió de hombros y sonrió.
— Despidieron a la psiquiatra— dijo ella despreocupada. Abrí los ojos de impresión y me enderece en el asiento.
— ¿Por qué? ¿Qué hizo?
— Algo nada profesional, pero tu tranquilo, eso no tiene nada que ver contigo— confesó asintiendo con la cabeza.
Mi psiquiatra era una chica joven, mis padres le pagaban extra para que me tratara a domicilio. Lo más raro del asunto es que si puedo creer que la doctora fuera capaz de hacer algo no profesional.
— Esta bien, pero eso no responde a mi pregunta— le dije y ella solo me dio una ligera mirada para volver a poner los ojos en el camino. — ¿A dónde vamos?
— Al psiquiatra— dijo sin más, como si fuera tan normal. Solté un aliento.
— ¿No querías que fuera a la escuela?
— Quiero que te sientas seguro...
— Llevándome con una nueva psiquiatra no me va a ayudar. Accedí a volver a la escuela— me defendí, mi madre llevo su mano a sus lentes oscuros y se los quita.
— Si, lo sé y estoy feliz de ello, pero ayer me recomendaron a esta doctora, dicen que es muy buena— dijo expresándose con su mano libre.
— Una psiquiatra me trato por 4 años...
— 4 años sin resultados, esa mujer solo sirvió para quitarte dos horas de vida cada semana. Quiero que alguien te trate, con el que puedas abrirte— me dijo alterándose un poco.
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CLEAN BOY
Teen FictionNunca puedes estar suficientemente limpio. Arquímedes es un chico especial, obsesionado con su propia higiene personal. Recluido en su propia culpa, no permite que nadie lo toque. Obligado a socializar, Arquímedes tiene que enfrentarse a algo que d...