ARQUÍMEDES
Llegamos a mi casa sin ningún percance. Yeya me hablo todo el camino sobre como le gustaría el vestido. Le gustan los brillos y los colores chillantes.
—Hogar dulce hogar, supongo...—dije subiendo las escaleras.
—Que rustico, es muy bonito—El halago de Yeya me hizo sonreír un poco, asentí y abrí la puerta.
—A mi padre le gusta la mitología griega.
—Gracias al cielo que no te puso el nombre de un dios griego—Se reía. Si supiera que en un principio me iba a llamar Apolo... gracias madre por salvarme.
Entramos y nos recibió Hara que puso una cara de sorprendida que nos hizo reír a los dos.
—La habitación esta siguiendo este pasillo, Yeya, te seguiré en un segundo.
—Claro...—Sin mas camino por el pasillo que le indique.
Cuando me di cuenta que ya estaba a una distancia considerable me dirigí con Hara.
—¿Que sucede?
—Discúlpeme mis falsos, joven Arquímedes. Pequé.
—¿De que habla?
—Pensé que era gay...
Abrí la boca, pero ni una palabra salia. La cerré para tragar saliva y asentí. Era raro que la mujer que me había ayudado con mis tareas se estuviera disculpando.
—Hasta lo afirme con mi sobrina, ¿se acuerda de ella? ¿Macarena? Vino hace tres años—No la recordaba, pero asentí de igual manera. —Le dije que usted era gay...
—Oh, eso... si es extraño. Asumir la sexualidad de otros...
—Por eso le estoy pidiendo disculpas...
—Tranquila. No estoy enojado—Me aparte para seguir caminando.
Mientras caminaba por el pasillo para encontrarme con Yeya pensé en dos cosas. No estaba completamente seguro de ser gay, y también... ¿Que estaba pensando, Hara? ¿Que creía que iba a hacer con Yeya?
Salude a Yeya cuando la encontré al final del pasillo.
—¿De que hablaban?—pregunto curiosa.
—Sobre mi orientación sexual—dije guiándola a la habitación donde estaban los vestidos.
—¿Le confesaste que eres gay?
—Ella sospecha...—Cuando encontré la habitación, abrí la puerta. —, pero no le dije nada.
—Te gusta guardar secretos, ¿verdad?
—Hay algunas cosas que son mejor guardarte para ti mismo—dije sonriendo.
La invite a pasar y esta entra. Nadie había entrado a esta habitación ademas de mi madre. Le gustaba entrar y pasar horas viendo los vestidos, con el paso del tiempo dejo de venir, pero quien no dejo de venir fui yo.
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CLEAN BOY
Подростковая литератураNunca puedes estar suficientemente limpio. Arquímedes es un chico especial, obsesionado con su propia higiene personal. Recluido en su propia culpa, no permite que nadie lo toque. Obligado a socializar, Arquímedes tiene que enfrentarse a algo que d...