Capitulo 7

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ARQUÍMEDES

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ARQUÍMEDES

Me tallaba desesperadamente el cabello y el cuerpo. Mi cuerpo está limpio desde hace minutos, sin embargo todavía tenía esa terrible sensación de la pintura en mi cara y mi boca.

Esa sensación de no poder respirar ni ver me atormento por tercera vez en mi baño obligándome a tallarme de nuevo la cara.

Tocan la puerta, sé que es mi madre.

— No puedes pasártela en el baño toda la vida, hijo— escuche a mi madre hablar. Tenía miedo de salir de la bañera. Eso implicaría verme al largo espejo de la pared a un lado.

Una imagen retorcida de mí con pintura roja en la cara me atormentaba, no me atrevía a verme al espejo y descubrir que todavía estoy sucio. Mi madre insiste tocando de nuevo la puerta. Cierro los ojos y trato de no aterrarme, me comenzó a faltar el aire de repente. Mantener mis manos firmes estaba siendo una tarea muy difícil, temblaban sin que yo pudiera hacer nada para aplacarlas. Otro golpe de mi madre sonó en la puerta.

Apreté los ojos y cubrí mis oídos disipando el sonido. Sabía que iba a pedirme una explicación; ¿Por qué vine directamente al baño? ¿Por qué mi uniforme está manchado? ¿Porque no la dejo pasar? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué!

¿Por qué me arrojaron pintura? ¿Quién fue? ¡No lo sé madre, no se quien está tratando de matarme!

Respire hondo, ¿había estado gritando todo este tiempo?

Silencio, así me quede otro rato... en completa y silenciosa calma con lágrimas en los ojos maldiciendo mi debilidad a la pared.

Me envolví en mis sabanas ignorando el sonido del despertador. Lo apague y volví a mi almohada.

No se lo había explicado a nadie, ni a mi madre ni a Hara. Aunque tratara de volver a dormir no podría, una vez que despierto ya no puedo volver a conciliar el sueño. Paso mis dedos por mis ojos quitando las posibles lagañas de mis lagrimales y con la coyuntura la baba de mi mejilla.

Al ver a un lado, en donde estaba mi closet ahí se encontraba mi uniforme limpio libre de la sucia pintura que lo cubría. Cerré los ojos buscando un pensamiento agradable, algo que me ayudara a levantarme y volverme a poner ese uniforme, sin embargo, fue un caso perdido. No encontré nada. 

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