Más que una apuesta (#4 Amores Y Apuestas)

20

Jackson:

—¿Qué es esto? ¿Otro folleto? —Courtney observa el papel que extendí sobre su carpeta.

—Voy a jugar de nuevo. —Añado, ella no menciona nada y el profesor ingresa a la clase.

Tomo lugar en mi asiento y me giro una sola vez para ver como lee el folleto, nota mi presencia y lo suelta, pero su interés basta para sacarme una leve sonrisa.

(***)

Llevo el casco cubriendo mi rostro y las marcas de golpe, la imagen de Darell llega a mi cabeza y acabo cerrando los puños.

Mierda.—me quejo cuando aprieto los ojos, pero no puedo pensar en eso, se viene el juego y...

Courtney...

Reconozco su figura fuera de los vestidores antes de entrar al partido, lleva jeans y una camiseta blanca, junto a unas zapatillas del mismo color mientras el cabello rubio lo trae en una coleta.

—Llego la novia. —Me fastidian y comienzan a mandar besos volados.

Río y una línea se muestra en mi cara cuando mi mirada se encuentra con la suya, su expresión me dice que algo no está bien.

Salgo de los vestidores directo al patio y antes de mencionar algo, ella me extiende una bolsa con productos.

—Bajara la hinchazón, aunque no tomes nada antes del juego, por precaución.

Sujeto la bolsa.

—Espero que nuestro trato siga en pie.

La emoción que siento desvanece. —¿Todo es por él?

—No y ya acaben esta disputa.

Arrugo la frente y ella se da cuenta del dolor que me causa, acerca las manos a mi rostro y retrocedo un poco, pero lo que hace es quitarme el casco y una mueca marca sus expresiones.

—Ven conmigo. —Me pide e iría a donde ella me pidiera.

(***)

—Con esto dejo de deberte algo. —Menciona ella mientras coloca la ligera base de maquillaje sobre el moretón de mi cara. —Se borrará con el sudor, pero al menos despistaras al entrenador... ¿A todo esto como no se dio cuenta estos días?

—Su esposa acaba de tener a su bebé y estuvo ausente hasta, hoy el capitán del equipo se ocupó de nosotros.

—Debe tener bastante fe en él.

Se aparta mirándome cada ángulo de la cara, seguimos en los vestidores, pero estamos a la espalda de varios muros, alejados de los demás, aunque sigo escuchando murmullos.

Estoy sentado en una banca y ella se encuentra frente a mí.

—Ya terminé.

Se aleja y me pongo de pie, ella saca un espejo de su bolsa y me lo pone delante de la cara.

—Es todo..

Quiere irse, pero la detengo a medio camino, lo suficiente para atraer miradas de mis compañeros.