03 | ¡Salvavidas en acción!

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—¿Jakayla que haces de esa manera? —indagó Aldair con su mano en la puerta del deportivo—. Pareces una loca. Además, ¿no tiene que estar en el trabajo, o te quedaste dormida como siempre lo haces? —Negué de inmediato.

—No es nada de eso —conteste, divertida por lo comentado—. ¿Me podrías llevar al trabajo? —pregunté y, muy cautelosa me acerqué más a su auto.

—Claro —acepto rápido, sino antes de subir la ventanilla hablo otra vez—: no hay un inconveniente. Da gracias a mi hermana, ya que voy por esa misma dirección.

Camine hacia la puerta, pero esta con seguro; golpeando esta dio el acceso.

Subí demasiado resignada, y con mala gana me coloqué el cinturón.

«El descuento estará sí o sí.

Ya no quiero, que hare si lo hace. ¿Cómo diablos obtendré los productos, para seguir?

¡Eso me pasa ser una tonta! ¡¿Por qué me quede discutiendo con Ian?! ¡Ese Idiota!

Tengo tantas ganas de insultarlo, pero hasta eso me cansa. Me ha hecho desperdiciar mi valioso tiempo. Aunque..., razonando un poco, también tengo una porción de culpa, solo un tantito; nada más»

—Jakay

¡Tendré que hacer que pague, si el pensamiento se hace realidad!

—Jakayla. —exclamó.

—¿Si? —solté, perdida— ¿qué quieres?

—¿Que sucede? —indago, dando golpecitos con el dedo, en el volante— Andas como ida, ¿Ian hizo algo, cierto?

—¿Por qué piensas que fue Ian? —pregunté y me puse a buscar canciones en la radio, sin embargo, se detuvo en seco.

«¡Este es otro idiota!»

—¡¿Qué pasa y por qué frenas de ese modo?! —grite, averiguando su estupidez. Antes que me coloque el cinturón o si no salía volando.

No, no. Eso es exageración en absoluta.

—No fue culpa mía, si no de ese señor al atravesarse de esa forma. —expreso enojado. Le di la atención a lo mencionado.

Y si, tiene razón. El auto esta cruzado.

¿Cómo es posible?

¿Cómo es posible que me suceda esto? ¿Acaso el universo está en mi contra?

—Igual no tienes que frenar así —afirme, molesta—. ¿Qué pasaría si no tuviera el cinturón?

—Estarías en el hospital. —Bromeo, que a los segundos dejo salir unas risas.

—Chiste Alda, quieres que me ría. —dije hastiada, sin embargo, no para con esa acción.

¿Está mal de la cabeza o qué mismo?, ¿enserio eso le causo risa?

Bueno, es muy parecido con Ian. Si no fueran amigos diría las personas que no los conocen, que son hermanos.

Par de tontos.

Sonó el celular.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo.

Maldición, ¿quién demonios la convoco?

Con corta valentía pulse el botón verde, que lo siguiente casi me deja sorda al escuchar su voz chillona:

—¡¿Jakayla dónde estás?! —Aleje de inmediato el celular.

«¿Por qué le das esas voces, a personas que no la merecen? Ayúdenme, me perjudican»

Notables © [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora