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La cena y la despedida.
27 de enero 2022
Las yemas de mis dedos se encajan con fuerza en la cintura de Ali, mientras sus caderas se mueven de adelante hacia atrás, con un ritmo que ella y yo creamos, movimientos que perfeccionamos con el tiempo.
Se inclina hacia adelante para tomar sus labios entre los míos, envolviéndonos en un salvaje, pero amoroso beso, suelto un gruñido que se encarga de silenciar con su lengua, aprovecho para morder su labio inferior y estirarlo un poco, sonriendo con malicia. Subo mis manos a sus pechos para estrujarlos a mi manera y a mi gusto, las suyas viajan a mis hombros para encontrar un soporte y continuar con mis movimientos.
—Alissa—gimo—. Se nos hace tarde—beso su pecho izquierdo y dejo una mordida.
—Espera un poquito más—jadea en busca de aire—. Fue tu idea terminar así.
No respondo nada más porque su interior se contrae en mi miembro, orillándome a terminar, segundos después, el orgasmo de mi prometida arrasa con fuerza, haciéndola temblar sobre mis caderas. Tiro la cabeza hacia atrás, contra el cabecero de la cama, mientras boqueo como un pez, en busca de aire, escucho como ríe con travesura y pasa sus manos por mis pectorales.
—Te amo—continúa riendo mientras deja un beso en mi mentón.
—Te amo más, pero en este momento necesito aire.
—Necesitamos mejorar esa condición.
—Sí—suspiro pensativo—. Si no lo hago, no duraré más allá de una ronda en nuestra noche de bodas.
Abre su deliciosa boca con asombro y golpea mi hombro, siendo un descarado río por su gesto, mi cuerpo da ligeros brincos y el suyo también, mi miembro sigue dentro de ella, creando una fricción que nos puede orillar a otra ronda, pero no tenemos tiempo.
—Amor, se hará más tarde—jadeamos al mismo tiempo cuando se levanta de mis piernas—. Me ducharé rápido. Despeja tu mente.
—No lo puedo hacer contigo desnuda en nuestra habitación.
—Entonces tápate los ojos.
—Conozco todo de ti, Alissa Jones.
—Calla, si sigues hablando así no iremos a la cena.
—No tenemos porque ir—coloco mis brazos detrás de mi cabeza—. Es un tanto exagerada.
—Adam—me mira seriamente—. Tus papás y los míos sospechan cosas, nos comprometimos hace un mes y no lo sabe nadie más que Delanie. Es momento de hablarlo.
—Presiento que tu papá me colgará de las pelotas en el puente de Brooklyn.
—Ahí estaré para evitarlo—me lanzó un beso y entra al baño.
