❆EXTRA #3

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⚠️ATENCIÓN: EXTRA CON MUCHO TEXTO⚠️

El crecimiento de Jared y otras aventuras

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El crecimiento de Jared y otras aventuras.

25 de marzo 2025

—Bienvenido a tu hogar, lindo rubiecito—exclamo en voz baja y emocionada.

Adam entra detrás de mí, junto con la mochila de Jared y la mía, Duque llega emocionado hacia nosotros, pero se detiene al ver el pequeño bulto entre mis brazos, ladea su cabeza con confusión y se acerca lentamente.

—Mira, Duque—el pelinegro deja las mochilas en un pequeño sofá—. Él es el pequeño Jared, ¿A qué se parece a Ali? —acaricia las orejas del golden retriever—, muéstraselo con cuidado, amor, leí que...—se queda callado.

—¿Qué leíste, Adam? —toco con cuidado su mano—. Me gusta escucharte hablar sobre todo lo que leíste en esos libros.

—Leí que es bueno formar un vínculo, el bebé con el perro, pueden ser muy buenos compañeros y Duque será un buen cuidador—baja su cabeza con nervios.

—Me encantaría que nuestro primer hijo forme un vínculo con nuestro segundo hijo, corazón—me siento en el sillón.

Adam ríe, camina hasta donde estoy con nuestro perro detrás de él, se sienta a mi lado y Duque, enfrente de nosotros, también se sienta, empiezo a hablarle un poco y tranquilamente a Jared, que está un poco despierto, y "mirando" a su alrededor.

—Jared, él es Duque, Duque, dile hola al pequeño—el golden retriever acerca su nariz al cuerpecito de nuestro hijo y lo olfatea con cuidado.

Es increíble ver cómo lo hace con tanto cuidado y delicadeza, cuando termina de olfatear, reposa su cabeza en mi regazo, viéndome con atención, Jared sigue tranquilo en mis brazos. Adam suelta un largo suspiro, deja un beso en mi mejilla y sonríe.

—La realidad supera la imaginación.

—Pensé que iba a ser difícil—acaricio la cabeza de Duque—. Al final si lo educaste bien.

—Claro que lo hice—ríe—, ahora viene la prueba mayor—apunta con su mentón al bebé.

—Seremos buenos, o al menos eso me he dicho desde que salimos del hospital.

—Es un trabajo en equipo, estrellita.

Se levanta del sofá y camina hacia la cocina, nuestro perro se para y camina detrás de él, ladra un poco, se pone inquieto a estas horas del día, mis papás vinieron a cuidarlo y darle de comer cuando estuvimos en el hospital. A Andrew le gusta mucho jugar con él y pasó un ratito aquí antes de que nosotros llegáramos.

Andrew ya tiene 8 años, ya no queda nada del pequeño pelinegro que conocí en la casa, ha crecido mucho, Adam dice que, en cualquier momento, me va a ganar y será más alto que yo; eso es demasiado obvio, soy muy pequeña y todos son altísimos al lado de mí.

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