Los Omegas ¿Cuantas veces hemos hablado de ellos como máquinas de reproducción? Mujeres y hombres los cuales existían para satisfacer la lujuria de sus alfas. Patético.
Un Omega ¿Qué era ser uno en verdad? La realidad era que no lo sabía o tal vez si pero lo evitaba, tanto que se le hizo costumbre mentir y hacerse pasar por un beta.
Desde que los resultados llegaron a sus manos fue como si un balde de agua fría cayera en su cuerpo, su madre no se decepcionó, su padre le dijo que al final de cuentas era su hijo, su pequeño. Unos decían que su aroma era demasiado empalagoso y otros decían que simplemente no lograban notarlo, su aroma era más a frutas y flores, una combinación de ambos pero no le importaba, ningún alfa se acercaba a cortejarlo.
Su celo era inestable algunas veces.
Cada ciertos días se ausentaba en su trabajo y cuando podía lograba resistirse sin que su Omega buscara algún alfa para calmar su celo, era repugnante en cierto punto, querer embarazarse de cualquier hombre o mujer alfa que se le cruzará, era algo estúpido ser un Omega, y más estando en celo.
Creía en eso de "almas gemelas", en destinados pero para su edad, se estaba haciendo imposible, solo unos cuantos sabían de su subgénero, no era una vergüenza pero si era estúpido, lo era porque se había enamorado de alguien que ni en mil años le tomaría la palabra, estaba acostumbrado.
Pero... ¿Por qué la vida le dió la espalda? ¿Por qué no pudo evitar la muerte de sus padres? ¿Por qué fue vendido a ese alfa que todos conocían como un buen hombre?
– ¿Así que tú eres? – El pelirosa sonrió. Extendiendo su mano para poder tocar la mejilla dal ajeno quien estaba amordazado.
– No debería acercarse tanto, jefe – Habló uno de sus hombres a su espalda.– según tengo entendido es un Omega peligroso, salvaje.
– ¿Qué tonterías dices? – Quitó con cuidado la tela de la boca del Omega, mirando como este trataba de sacarse las cuerdas que lo mantenían atado y fracasando en el intento. – Tu nombre.
– Pudrete – Escupió en la cara del alfa.– Te haces pasar por un buen hombre, un alfa de clase pero eres un bastardo que debe morír junto con los que me vendieron.
– Ah – Suspiró.– No tengo el fetiche de que los Omegas me escupan – Limpio con un pañuelo su rostro, al terminar lo arrojó al suelo y se reincorporó, dio dos pasos hacia atrás y volvió a sonreír.
– Maldito.
– Deberías de estar agradecido – Se cruzó de brazos.– Te ayudé y me debes una así que dime tú nombre.
– Ni loco.
– Hmm... – Negó.– No llegaremos a ningún lado con esto.– Coloco sus manos a los costados para dar nuevamente un paso hacia el omega.– Desde hoy estarás en la casa Taira, y yo... Itadori Yuji seré tu dueño, Ryomen Sukuna.
Nunca deseo eso, no quiso nacer como Omega, ni estar al lado de ese alfa.
Ni siquiera en la casa Taira.
¿Cómo mierda llegó a eso?
Si, Sukuna es Omega. ¿Por qué? Porque sí, amén 🛐🛐🛐🥵
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La Luz En Tu Mirada [ ItaSuku ]
FanfictionLos Omegas eran las criaturas fértiles, débiles, sumisas y más hermosas del planeta. Se decía que el destino se encargaba de juntar todo, pero así como juntaba a destinados también los separaba. Y tanto Sukuna como Yuji lo sabían.