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—¿En serio se fue?

—Volverá en dos días, deberás preparar todo para cuando él llegue y tu te vayas a ver a tus padres.

Sophie asintió con la cabeza y dió un sorbo al té de Manzanilla que Reiji había preparado.  Ambos estaban en el jardín, era de día, la tarde estaba hermosa y los otros cuatro vampiros estaban jugando al fútbol entre ellos.

Yui estaba con los Mukami.

—Muchas gracias por todo, Reiji... —El de ojos fucsia negó—. Lo digo en verdad. Tuve que hacerte caso cuando debía antes de pasar por todo esto... —La oji-miel suspiro—. Te lo agradezco de corazón.

—Nunca he conocido a una novia que me diera tantos problemas... —La chica tomó el té avergonzada—, primero pensé que con Yui estaríamos bien hasta que llegaste —El mayor sonrió—. Eres agradable. Eres una buena persona y una buena amiga.

Los ojos de Hydra brillaron pero no derramaron ninguna lágrima.

Ya no habían lágrimas.

Reiji nunca sintió desagrado hacia Sophia, primero era neutral, luego pasaron a ser amigos. Era educada y siempre pedía con respeto y educación las cosas.

Ella era alguien difícil de odiar.

Además de que también mantenía bajo control a los trillizos cuando intentaban hacer idioteces, claro, se molestaba cuando ella se unía, pero luego era otra cosa.

Eso era antes de caer por Shu.

Cuando cayó rendida a él, era como si todo hubiera cambiado, se había vuelto un poco más reservada, menos... Ella.
Con los Mukami la cosa cambió, se sentía cómoda con ellos y a veces se encaprichaba porque quería quedarse con ellos.

Pero Shu hacía o decía algo y ella obedecía, no sabía como lo hacía, pero ella se hundía, y a pesar de saber nadar en esas profundidades, simplemente se hundía.

Él era el único que podía tomar su sangre, cuando se habían ido ambas novias con los Mukami él lo había ordenado.

Quien se atreva a clavarle los colmillos va a aprender a no enojar a su hermano mayor.

A pesar de odiarlo, le sorprendió lo cruel que Shu había sido con ella.

Hasta ahora, a ninguno se le cruzó pensar si realmente actuaba lo mucho que la odiaba o simplemente le divertía verla destrozada.

—Puedo preguntar... —Soph ladeo la cabeza, curiosa— ¿Qué sucedió entre Karura y tu?

Ella miro la taza con la mitad infusión en ella, se ruborizo y sonrió.

—Es... Algo confuso.

—Entiendo. Ahora, disfrutemos de éstos últimos momentos.

Sophie estaba mejorando, lenta pero segura.

Y los vampiros, cada uno a su manera, la iban a extrañar.

¿Y su historia con Tsukinami? Bueno, ese es otro cuento con otro final.

—Sabes... Es raro —Dijo ella—. Casarme con Shu y escaparme luego con otro...

—¿Raro? Suena más a que estás insegura. Que estás arrepentida.

Ella guardó silencio, los demás hermanos se acercaron para hidratarse.

—Lo estoy.

Todos abrieron los ojos.

—¿De enamorarte? ¿O enamorarlo?

Ella levantó dos dedos.

—Tengo que hablar con Karura... Pero tengo miedo a que reaccione mal.

—Es lo más probable, es un Tsukinami... —Subaru golpeó a Ayato.

—Cierto... —Dijeron todos.

Es una pena para Karura.

HYDRA   ─   Shu Sakamaki Donde viven las historias. Descúbrelo ahora