Sanzu Haruchiyo tiene que vigilar a Mutō, se lo ha prometido a si mismo para así proteger siempre a su Rey Mikey de cualquier posible peligro. ¿Pero que pasa cuando a Sanzu le dan unas inexplicables ganas de sentir las fuertes manos de Mutō ahorcand...
Categoría: Fanfic BL (chicoxchico) de Tokyo Revengers. Cambio varias cosas a beneficio de la historia. Si no les gusta el género, pasar de largo, por favor.
Advertencia: En los próximos capítulos pienso hacer contenido 18+
PD: Mil gracias a @saidgonfreccs por todo el apoyo y por los lindos gráficos de separadores y portadas que ha hecho para mis fics <3
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Sanzu más que nadie sabía que no debía apegarse a las personas, las malas experiencias en su infancia y en toda su vida lo habían destruido internamente de tal modo que no se permitía confiar en nadie, mucho menos tomarles aprecio. La única forma en que se mostraba amable o interesado por alguien era para usarlos a su favor y cuando ya sacara todo el provecho posible de esas personas luego los aniquilaba.
Porque todo en él era desleal, manipulación y destrucción.
Con todos excepto con su rey, Mikey.
A él le era fiel ciegamente y estaba dispuesto a hacer por Mikey cualquier cosa a toda costa aún si eso significara salir dañado o incluso perder la vida en el camino. Preferentemente, Sanzu intentaba que los que salieran dañados fueran los demás menos él y Mikey.
De aquí hace un tiempo la ToMan había sufrido grandes bajas y esto debido a muchas deslealtades de miembros emblemáticos de la banda que se veían corrompidos por las mentiras y promesas de miembros de otras bandas. De allí Kazutora se había dejado encantar por las fantasías que le contaba Hanma, lo mismo pasó con Baji (porque Sanzu no se compraba el cuento de que el pelinegro hizo lo que hizo para "cuidar a la ToMan y a Majiro") para Sanzu, Baji era un asqueroso traidor y merecía estar muerto.
Ni siquiera le había afectado su muerte a pesar de que cuando eran pequeños fueron muy unidos. A Sanzu sólo le interesaba Mikey. Sólo le era fiel a Mikey.
Por eso seguía fingiendo que admiraba Yasuhiro Mutō y que se quedaba a su lado a toda costa. Porque Mikey había sufrido demasiado por las traiciones de los más cercanos y era mejor que Sanzu le pusiera un ojo al capitán para vigilarlo si se encontraba siendo seducido por los de otra banda. Le había prometido a Mikey que lo mantendría protegido siempre y que estaría con Mutō para espiar todos sus movimientos.
Si era necesario, él mismo lo aniquilaría sin sentimentalismo.
Mikey no le prestó mucho interés al ofrecimiento de Sanzu, incluso le había dicho que si Mutō estaba con esas intenciones él mismo se daría cuenta solo y tomaría cartas en el asunto, pero Sanzu quería anteponerse a cualquier peligro que le pudiera suceder a su Rey.
Pero... ¿Esto era parte del plan? ¿Desde cuando a Sanzu comenzaban a pasarle cosas inexplicables con éste sujeto?
Miraba fijamente al más alto, que yacía apoyado en un pilar cerca de un templo. Ambos habían ido a pelear con los miembros de una banda rival que se estaban haciendo los listillos, entre los dos los pusieron en su lugar y esos canallas desearon volver al vientre de sus madres después de la paliza que Mutō y Sanzu les dieron.
