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Jisung se removió sintiendo una presión en el pecho algo extraña, estaba claro que tenía algo pesado sobre él. 

Decidió entre abrir sus ojos para mirar, pero se arrepintió en seguida de que un resplandor le golpeó la vista. Y así hasta segundos después de estar apretando sus párpados logró abrirlos despacio.

Jadeó incómodo al entender de dónde aquel resplandor venía. El sol apuntaba directo a la ventana cerrada del auto y esto le molestaba claramente.

El auto... pasó la noche aquí con Renjun.

—Renjun..—Murmuró.

Entonces se espabiló de inmediato.

¡Tenía a Renjun sobre él!

El chino descansaba placidamente, reposando su cabeza en las clavículas de Jisung, con las piernas a los costados de este y sus manos tranquilas abrazadas del coreano.

Quién bajo él, seguía con una mano en la espalda de este y la otra un poco más arriba de su trasero.

No se movió, pero abrió sus ojos bien grande del nerviosismo y su corazón empezó a golpear fuerte.

Despacio levantó ambas manos del cuerpo ajeno y tragó en seco.

¿Cómo se suponía que iba a salir ahora de esta?

Apretó sus ojos nuevamente, solo quería que Dios, si existía en verdad, lo ayudara ahora mismo.

Intentó calmar sus latidos y llevó sus manos a la cintura del otro, trató de levantarlo de sí, pero joder. Renjun inconsciente era pesado.

Entonces no le quedaba de otra.

—Renjun..—Habló un poco bajo ya que la cabeza del otro estaba literalmente bajo su mentón.—Despierta por favor me estás dejando sin aire.

Nada.

—Oye—Dió unas palmaditas en su hombro.

—Hmm..

El otro solo seguía profundamente dormido.

El pelinegro suspiró, puso sus propias manos a sus costados con cuidado y se impulsó para levantarse. Y lo hizo, pero el cuerpo de Renjun estaba frágil como una pluma, se fue hacia atrás sin darse cuenta él mismo.

Por suerte el menor no iba a dejar que se rompiera la cabeza contra la puerta del auto, y fue más rápido, sosteniendo la espalda del otro pegándolo a su pecho de vuelta.

La situación estaba difícil, aquel pelicastaño sentado sobre él lo hacía sentir como si tuviera a un muerto entre sus brazos. Y además le daba nervios, el simple hecho de tener a Renjun sobre él era demasiado. No podía creer que en cima después de haber pasado la noche con el en un lugar tan estrecho hubiesen acabado de esta manera.

—¿Ya es de día?—Lo escuchó hablar con la voz adormecida, haciendo que sintiera un escalofríos en su cuerpo.

Y bajó la cabeza para mirarlo, tal cual Renjun levantó la suya.

Jisung se quedó atónito, con ganas de pedir que alguien le tomara el pulso. Y el chino por su parte, después de que sus ojos pesados y desubicados dieran exacto con aquellos labios tan cerca suyo, sintió que le bajaba un frío por toda la columna que lo hizo despertar.

Qué se suponía qué estaba pasando.

Porqué estaba encima de Jisung, porqué estaban tan cerca, ellos no..

Rápido se levantó golpeando su cabeza contra el techo del auto, llevó su mano al lugar y siseó del dolor. Se sintió tan estúpido. Por suerte tenía su ropa bien puesta, eso significa que no pasó nada.

Runaway | 𝐒𝐮𝐧𝐠𝐫𝐞𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora