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Pasaron unos cuantos minutos en los que ya Renjun había perdido la noción de cuantas veces se había empinado de la botella, y a Jisung solo le parecía gracioso, aunque se encontraba un poco mareado. A diferencia del chino, él sí era tolerante con el alcohol.

—Este es un juego aburrido, las preguntas están siendo aburridas—Dijo Renjun tomando una vez más.

—Y que quieres hacer entonces.

—Lo mismo, solo que no me aburra.

—Renjun te he preguntado y no has querido responder nada, te has bebido casi todo tú solo.

—Shh, no me contradigas—Empujó su dedo índice contra el pecho del otro.—Has preguntas buenas Jisung.

—Ya, yo creo que solo estás ansiando a que te pregunte algo.

—No entendí bien lo que dijiste sabes.—Dijo cerrando un ojo al mirarlo—Explica.

—Olvídalo. Porqué no preguntas tú? Debes ser bueno siendo tan exigente.

—Claramente lo soy—Su voz se escuchaba tan perdida y ligera que si se dejaba llevar por lo pesada que sonaba, Jisung acabaría durmiendo.—Dime, hay algo que yo realmente quiero saber..

—Qué es.

—Verás... te quiero ayudar, lo dije antes verdad?—El otro asintió—Bien, pero el problema es que, ¡no sé que tienes! ¿Cómo podría ayudarte entonces? Debes decirme... que tienes, para que yo.. cuide de ti.

Cada vez su voz sonaba más cansada y lejana, tenía los ojos entre cerrados y hacía gestos con las manos que ni se entendían.

Jisung lo miró bien, balbuceando boberías mientras el claro brillo de la luna y el esplendor de la ciudad le besaban un poco su perfil.

Tan lindo.

No pudo evitar dibujar una pequeña sonrisa en su rostro y detener la mano del otro que la movía sin sentido, sosteniéndola con la suya, entrelazando los dedos y dejándola reposar sobre su muslo pegado al del chino.

—Ya quédate tranquilo Renjun. Estás tan borracho.

—Qué dices, si soy un gran bebedor, quieres ver?

—No—Se apresuró a contestar—No, no, si yo te creo. Eres el mejor bebedor.

Levantó el pulgar de su mano libre con aprobación y el otro asintió con torpeza.

—Umm, pero aún no me dijiste de que estás enfermo—Puso un puchero.

Jisung lo miró sonriente, estaba embobado con él.

—No sé si es que estoy borracho o qué es lo que pasa, pero Renjun hoy estás tan lindo..

—Yo soy lindo siempre.

—Ya, pero las otras veces te ves histérico y molesto, hoy estás extrañamente bonito, sabes?

Renjun apoyó su frente contra la del otro por un impulso, pestañeó varias veces para poder enfocar su vista, hasta que lo logró.

Miró a sus ojos rasgados y oscuros, tan penetrantes como esa misma noche. Su naríz bonita y sus labios gruesos, y el lunar... Renjun no se dejaría el lunar.

—¿Crees que soy bonito, Jisung?—Susurró con una risita.

A este se le hizo un nudo en la boca del estómago y abrió un poco la boca para decir algo, pero no pudo responder. Su corazón se disparó de momento, y sintió miedo. Porque Renjun seguía observándolo así... y apenas en unos cortos segundos sostenía la mirada contra sus ojos, ya que miraba sus labios tanto que se le pasó por la cabeza que quizás él querría besarlo.

Runaway | 𝐒𝐮𝐧𝐠𝐫𝐞𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora