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—¡Junnie!—La mujer se lanzó a abrazar a este, que se quedó tieso, y después la recibió en un abrazo.—Te extrañé tanto, mi cielo.

—Yo también... que haces aquí?—Se separó de ella.

—¿No te alegras de verme? era una sorpresa.

—No es eso.. es de noche, quiero decir, llegaste ahora?

—Sí! Lista para quedarme un mes contigo mi amor.—Dijo sonriendo, haciendo que sus pequeñas arrugas se notaran.

Pero la verdad, era una mujer que se mantenía muy bien, a sus 52 años, lucía increíble.

—Un.. un mes??

—Ajá, te he traído un montón de comida china que sé que amas, estoy segura que la de aquí no es nada igual a la de la natal. Verdad?—Miró al suelo el trozo de pizza—A esta hora pizza? Que es eso Renjun, sabes que no es sano.

Jisung se levantó del sofá en ese momento, sin entender lo que estos dos chinos estaban hablando, luciendo tranquilo, pero por dentro quería desaparecer, y estaba asustado, la verdad.

—Buenas noches, usted debe ser la mamá de mi compañero Renjun..

—Oh.—La mujer lo miró de arriba a abajo, la playera desgastada de Jisung era más ancha que nada, y esos pantalones de tela suave y oscura. La señora lo miró con desprecio por un momento, sobre todo por su impresión. Después con disimulo sonrió—. Eres tú Jinyoung, o cómo..?

—Jisung—Se acercó rodeando el mueble para estirar la mano hacia ella.—Un placer.

—Claro, hijo me ayudas con las maletas?

Lo ignoró, Jisung bajó la mano apenado, infló sus mejillas y suspiró.

—¿Quiere que la ayude con eso también?

—Renjun y yo podemos, gracias, puedes irte a tu habitación ahora.

Jisung miró a Renjun, y este le devolvió la mirada al mismo tiempo, no sabía que hacer.

—No. Jisung puede irse a su habitación cuando el quiera. No importa eso.

—Huang Renjun, prefiero que hablemos a solas, soy tu madre y es obvio que tengo que hablar contigo, además no nos vemos desde hace mucho tiempo, no quieres también pasar tiempo a solas con tu mamá?

No, quiero pasar tiempo con Jisung.

El coreano rió incómodo y restó importancia al asunto con un gesto de sus manos.

—Tranquilo Renjun, de todas formas me estaba muriendo de sueño, que duermas bien amigo.—Le puso una mano sobre su hombro—Y usted, debe estar cansada, buenas noches.

La mujer quemó con la vista la mano del otro hasta que no la quitó del hombro de su hijo, y no dijo nada.

Jisung se fue, Renjun también permaneció en silencio. Ahora mismo solo quería gritar.

Ayudó a la mamá a entrar dos maletas grandes dentro del salón, antes de cerrar la puerta una vez más.

—Deja de ser grosera.—Le dijo.

—No lo estoy siendo. Solo no lo conozco. Así como tú, hasta donde sé solo se hospeda en tu casa, o tienen algo más que ver?

—Es mi amigo mamá.—Suspiró—Buscaré algo para limpiar el suelo, siéntate.

La mujer lo hizo, y el se fue de allí, desviándose claramente a la habitación del coreano.

—Jisung.—Susurró para no tocar la puerta y hacer ruido.

Runaway | 𝐒𝐮𝐧𝐠𝐫𝐞𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora