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Jisung se había instalado en la casa del chino, no había sido tan difícil. Después de todo no era como que hubieran muchas cosas para organizar, así que en un par de horas el coreano tuvo su propia habitación a solo un pasillo de la del otro.

Era de noche y habían pedido pizza para cenar, o más bien, solo Renjun, Jisung tuvo que comer algo ligero como una sopa, que el chino preparó para él, el tiempo había pasado bastante rápido a pesar de que los dos estaban cansados y agobiados del día agotador.

Pero aún así todo se sentía bien estando en compañía el uno del otro.

El chino estaba en su habitación pasando el tiempo, como normalmente solía hacerlo, le había enseñado a Jisung la casa entera y le dijo que podía estar donde quisiese, solo le pidió dos cosas.

Tocar antes de entrar a su cuarto y, bajo ninguna circunstancia entrar a la habitación del final de su pasillo. El coreano estaba bastante curioso preguntando acerca de ella, pero Renjun solo le respondió que era un lugar donde hacía sus estudios y no le gustaba que nadie entrase ahí.

Jisung respetaría eso, esperaba.

Sin embargo, Renjun sentía ansias de saber que estaba haciendo el coreano ahora mismo, nunca había estado conviviendo con otra persona aquí en Corea que no fuera Jaemin, y el corazón le iba tan rápido sin alguna razón aparente, que daba miedo.

Se levantó de la cama y se dirigió a la puerta en seguida. Pero justo cuando la abrió se topó con Jisung y su puño arriba para golpear esta. Ambos se detuvieron en seco, el coreano bajó la mano hasta su cuello rápidamente y el chino se mordió las mejillas internas como siempre que estaba nervioso hacía.

—Um, ¿necesitabas algo?

—No yo... bueno sí, quería saber si puedes prestarme el baño para tomar una ducha. Es que como deberás ver, hoy no me he bañado.

Renjun lo miró de arriba abajo y luego habló.

—Claro pero, no tienes que pedirme permiso por cada cosa que vayas a hacer sabes? Ahora está es tu casa también, siéntete cómodo de hacer lo que quieras cuando quieras.—Intentó sonreírle.

—Bueno... gracias.

—Todo bien.—Se encogió de hombros.

Jisung se giró para irse y Renjun iba a entrar a su habitación de nuevo, pero la voz del otro lo detuvo una vez más.

—Oye, me querías decir algo?

—¿Disculpa?

—Antes, ibas a salir de tu habitación pero ahora estás entrando de nuevo, era porque ibas a verme?

—Eh no.

—¿Entonces?

—Iba a hacer algo pero ya lo olvidé.

—Oh, está bien, entonces.

Dijo y finalmente se fué, Renjun entró y cerró la puerta para dejarse caer en la cama, se había puesto nervioso.

¿Iba a ser así de incómodo a partir de ahora? Renjun quería pasar tiempo con él pero no sabía cómo decirlo.

No sabía cómo expresar la manera en la que se sentía, y no quería dejarse llevar por impulsos de nuevo, o acabaría besándolo una vez más cómo cuando estuvieron en el auto.

Suspiró y negó para sí mismo.

No debía pensar en eso.

Encendió su teléfono y miró la hora, solo las ocho y media de la noche.

No era tan tarde. Pensó y volvió a apagar el celular.

Ah, extrañaba a Jaemin, quería contarle acerca de esto que ha venido sucediendo en su vida, pero desde aquella noche no habían sabido nada el uno del otro. No lo había visto más...

Runaway | 𝐒𝐮𝐧𝐠𝐫𝐞𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora