Leia abrió sus ojos de golpe, sus jadeos se oían en toda la habitación. Tuvo un sueño. Una pesadilla. Sabine. Las pesadillas se trataban de ella, siempre de ella. - Maldición. - Murmuró en voz baja, mientras colocaba sus manos en su frente. - Más de dos años han pasado desde el juicio, ¿por qué no puedo dejar de soñar con ella?
- Ja, ja, ja. - Leia escucho una voz. Cuando se dio la vuelta para atrás, no había nadie. - Ja, ja, ja, ja. - Volvió a escuchar, y esta vez se bajo de la cama. Leia ya estaba preparada para esto, no volvería a dejar que esa noche se repitiera. - ¡Ja, ja, ja, ja, ja! - Las risas en entonaron más fuerte. El corazón de la princesa latía de miedo, sin parar. Ella estaba en el medio de la habitación, y por encima, dos ojos de un reluciente ámbar la observaban. Luego, un sable de luz de un bello rojo carmesí se encendió del techo, iluminando la habitación. Cuando Leia noto la luz y dio la vuelta, vio a Sabine, sádica como la recuerda, callendo del techo, sobre ella y apuñalandola con el sable de luz. - Te dije que morirías. - Dijo Sabine, susurrando en su oído.
Leia se despertó de la pesadilla. - Tengo que salir de aquí. - Pensó. Abrió las sábanas y se levantó.
En la sala de estar de la casa. - <<Gracias por proporcionarnos información para nuestro ataque en Lothal, Ez.>> - Dijo Hera. - <<El comando Rebelde prefiere atacar antes de que el Almirante Thrawn descubra la base.>>
- Lo entiendo, no hay de que. - Respondió él.
- <<Sería genial que estuvieras aquí.>>
- Yo también, pero tengo que permanecer donde estoy.
La puerta de la habitación de Leia se abrió, cuando Hera y Ezra se voltearon para ver la encantaron a ella. Estaba completamente despeinada, su cabello era largo y desordenado. Su ropa de dormir era completamente blanca, como de costumbre. - Lo siento, solo vengo para tomar algo. - Dijo ella, mientras se quitaba una alagaña de su ojo izquierdo. Camino con sus piez descalso hacia la cocina y se sirvió un basó de agua.
Ezra volvió a poner atención en la llamada. - ¿Alguna noticia? - Pregunto.
No, fue la respuesta de Hera. - No hemos sabido nada de Sabine. - Leia empezó a temblar al oír ese nombre. - Está siendo buscada tanto por el Imperio y la Alianza, al mismo tiempo. Si yo fuera ella, me esconderia en el espacio salvaje, donde nadie va, y resaria para que no me encuentren.
Coruscant, capital del Imperio Galáctico. - Sí, lo sé. Así como lo dijo Hera, soy una exconvicta. Entonces, ustedes se preguntarán: ¿que demonios hago en Coruscant? - Pregunto Sabine al lector. - Bueno, para eso tendré que explicarles lo que estuve haciendo en los últimos años. Perseguía a omicidas, gangsters y monstruos reptilianos. Personas que nadie toca, excepto yo. Sí, los tocaré por todas partes. Mierda, eso sono mal. Sigamos con la historia. - Ella estaba en la azotea de un edificio de Coruscant. Tomo su celular y marcó el número ya registrado. - Hola, Dave. Oye, me encanta el traje que tienes, hace que tus ojos se traficante sobre salgan. - El alienígena respondió de manera poco gentil. - No habló Taka Taka, señor... - Ella leyó la tarjeta con el nombre. - Sabes que, ni siquiera lo voy a intentar. Pero tome clase de inglés en Mandalore. This is the way. Que literalmente significa: sal de mi camino, hijo de puta. - Sabine lanzó su celular aun lado de la azotea. Luego tomo carrera para lanzarse hacia el otro edificio. Cuándo vio al traficante impacto contra el vidrio y le disparó con su blaster. Sabine rodó de espalda hasta que se detuvo. - Mierda, estoy bien. - Cuando alzó la vista, notó que estaba rodeada por los hombres de seguridad. - ¿Alguno tomó lección en Cielos Más Altos? ¿No? No importa. De todos modos no iban a sobrevivir. - Ella saco un objeto casi cilíndrico y cuando lo encendió una hoja de luz plana nació de la empuñadura, rellena de un bello negro y rodeada de un resplandeciente banco. Sabine se dirigío a los guardias y los atacó con su sable de luz oscuro.
En un planeta lluvioso, el Sol Negro enterraba a uno de sus líderes. Cuando estaban a punto de bajar el ataúd este se abrió y Sabine se levantó con dos blasters en sus manos. Ella apunto a los invitados de la fiesta y los asesinos.
En Tatooine, Jabba de Hutt había lanzado un vendedor de agua de Mos Espa a su Rancor. Mientras este se reía de diversión, sintió el cañon de un blaster empujando su nuca. - ¿Dime donde está ella? - Pregunto Sabine, de manera amenazadora. Jabba respondió algo en Huttes. - ¿Donde carajos está Leia Organa? - Jabba no respondió. Sabine apretó el gatillo del blaster.
En Japón, ella apagó su sable de luz oscuro tras matar a los Yakusa. - Pelean bien, pero yo peleó mejor. - Se dijo para si misma.
Bespin. Lando fue empujado por las escaleras. Sabine, con unas risitas diabólicas, bajo después de él, con su blaster. Lando se arrodillo y junto sus manos. - Sabine, por favor, te daré lo que quieras.
Ella se agachó para estar cerca de él. - Tu cuidad, No. Lo único que quiero es la muerte de la Princesa Leia. - Respondió ella.
- No sé quién es ella.
Sabine empujó a Lando en la cámara conjelante. - Adiós, entonces. - Encendio la cámara y en pocos minutos, Lando salio en carbonita.
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El Jedi y la Princesa. - (SWR - Fanfiction)
AcakEn este universo, Ezra Bridger se enamora completamente de Leia Organa. ⚠️ADVERTENCIA⚠️ Hay presencia de Sabine Psico Killer.