Jonah bajó las escarelas, se puso un abrigo, tomó las llaves del auto y salió de la casa. Estaba emocionado, entró al auto, el cual era el viejo auto de su madre, empezó a manejar. Hoy era el día donde Daniel regresaba de Francia, la universidad se había acabado para ambos y una nueva etapa comenzaría.
Estacionó el auto y empezó a caminar al interior del aeropuerto, debió haber traído un globo ó algunas flores como obsequio de bienvenida, pero era demasiado tarde y comprar algo en aeropuerto no sería una opción ya que eran demasiado costosos.
Al estar ahí parado esperando, se lleno de nervios, había pasado un tiempo desde que vio a Daniel en persona y si, habían tenido una vídeo llamada el día anterior hablando de que diferente era el atardecer en Londres y en Estrasburgo. Pero era diferente hoy, faltaban minutos para verlo.
Su cabello rojizo había vuelto al largo preferido de Daniel, sabia que había descubierto con que clase de ropa se sentía cómodo y poderoso a la vez. Algo por lo que Jonah estaba orgulloso. También sabía que Daniel había aprendido a usar más maquillaje, pero sin cubrir sus pecas gracias a lo que le enseñó una beta que era su compañera de trabajo.
Personas empezaron salir de la puerta de desembarque, en cualquier momento Daniel saldría por ahí para quedarse por más de una semana, Jonah sacudió sus manos aún nervioso, recibió un par de miradas de ternura, por que obviamente estaba ahí para recoger a alguien importante para él.
Entonces vio por la puerta de cristal alguien con el cabello rojo, trató de controlarse y no traspasar seguridad, segundos después vio a Daniel pasar las puertas con uno de esos carritos para equipaje con varias maletas, lo vio buscar alrededor, en el momento donde lo vio, Daniel abandonó su equipaje y corrió hacia Jonah.
El alfa lo abrazó y levantó un poco del piso, Daniel lo besó y cuando los pies del mismo volvieron al piso, dio un par de slatos emocionado y volvió por su equipaje dejando a Jonah riendo un poco.
Jonah tomó el carrito y Daniel como costumbre subió a la espalda del alfa, escondiendo su rostro en el cuello de Jonah, dejando varios besos en la zona.
- ¿Acaso me extrañaste?- Daniel golpeó suavemente la cabeza de Jonah.
- Claro que sí cielo- susurró, el aire caliente de su aliento pegando contra la piel de Jonah- Todo el tiempo-
Jonah sonrió, siguieron su camino hasta el auto, donde ambos se encargaron de acomodar las maletas, una vez todo listo emprendieron su camino. Daniel no podía apartar la mirada de su alfa, quien mantenía su mirada en el camino, de vez en cuando volteaba ver a Daniel quien sonreía.
- ¿Cuándo regresa Au?- preguntó Daniel cuando Jonah tomó su mano.
- En dos semanas, creo, tal vez antes, no lo sé, aún no quiere hablarme- Daniel rió- Gracias por eso-
- Yo no te dije que se lo preguntaras tan crudamente- Jonah soltó la mano de Daniel para hacer un cambio de velocidades- Hey Au, ¿te has acostado con Alme?-
- Dijiste que preguntara- Daniel rió aun más- Sigue así y te dejo aquí eh-
- Es que fue lo más ridículo del mundo, por la luna, obviamente lo hicieron, pero yo esperaba un ¿y qué ha pasado con Mendri, acaso hay algo nuevo?-
- Bueno, por tu culpa Tums me odia-
- Sabes que solo espera a que le llames y le digas hey Tumtumn, lamento lo que pasó, olvidalo, ¿cómo va todo?- Jonah rodó los ojos- Lo sabes Joe-
- Lo sé, pero ¿qué quieres que haga?, sabes que soy un estúpido orgulloso y más con esa omega-
- Me necesitas tanto- Jonah rió mientras estaciona a frente a la casa de Daniel.
- Lo hago, no sé como sobreviví tanto tiempo sin ti a mi lado- dijo haciendo a Daniel sonreír, vio la casa del alfa- Recuerdame otra vez por que se te ocurrió volver cuando tus madres están fuera del país-
- No quiero una fiesta de bienvenida- Jonah asintió.
Ambos bajaron del auto, Daniel se apresuró a ir a abrir la puerta de la casa mientras Jonah bajaba un par de maletas del auto, una vez todas las maletas estaban dentro de la casa y Jonah había puesto seguros al auto, ambos comenzaron a subir las maletas a la habitación de Daniel.
Cuando Jonah subió la última maleta, no pudo evitar perderse en Daniel una vez más. Esta vez fue diferente sabiendo que Daniel se había descubierto a sí mismo por completo y adoraba cada parte de él. La última vez que lo vio en esa habitación Daniel estaba sentado en la cama, tenía el cabello completamente corto, los ojos llorosos, usando solamente negro, delineador negro y una sonrisa forzada. Fue el día anterior al que Daniel se fuera a Francia por primera vez.
Esta vez Daniel estaba básicamente sentado en el marco de la ventana, a contra luz, usaba jeans claros, una camisa de color beige con un chaleco color verde, su cabello se veía perfecto con las pequeñas ondas que se formaban naturalmente, tenía un delineado verde en la parte inferior de sus ojos, seguía poniendo un poco de iluminador en la punta de su nariz y el lagrimar de sus ojos. Seguía teniendo cada uno de sus piercings, usaba dos collares y la pulsera que Jonah le había regalado hace años.
- ¿Qué ves?- preguntó ladeando su cabeza un poco. Jonah negó con una sonrisa, Daniel sabía que veía. Jonah dejó la maleta en el piso y caminó hasta cortar la distancia que existía entre él y Daniel.
- ¿Te he dicho cuan hermoso eres cariño?- dijo rodeando la cintura de Daniel con sus brazos.
- Creo que lo has hecho de vez en cuando- dijo queriendo reír, Jonah se lo decía a diario- ¿Por?- también rodeó la cintura de Jonah con sus brazos.
- Por qué ahora que te veo bien, ya no eres hermoso- Daniel vio los ojos de Jonah- Creo que Francia te dio el poder para ser absolutamente precioso- entonces rió, quitando sus brazos de alrededor de Jonah para cubrir su rostro con ambas manos.
- Eres un tonto- Jonah sonrió, pudo apreciar las uñas de Daniel pintadas de un color verde. También los anillos que tenía en algunos de sus dedos.
- ¿Cuándo conseguiste estos?- pasó sus dedos sobre los anillos del alfa.
- Oh cierto, Audrey compró este y se lo pedí prestado, me dijo que era mío, este lo compré hace unas semanas, de hecho compré todos estos ese día- señaló tres anillos- Y este lo compré ayer-
- Son lindos-
- ¿Quieres uno?- Jonah asintió- Tengo uno que es un par de margaritas, lo amarás, te lo juro- Jonah sonrió- Creo que lo guardé en una bolsita dentro de la maleta negra, oh y de hecho venía con este- señaló la margarita que tenía en su oreja- Me pareció lindo, ¿crees qué es lindo?, por que de hecho lo compré hace unos meses, por que pues te gustan las margaritas y creo que fue mi forma de recordarte, digo sé que estoy aquí, pero no lo sé, sabes como soy.. -
Jonah lo besó, ambos necesitaban ese beso, hace tanto tiempo los labios del otro necesitaban ese contacto prolongado. Daniel agradecía que Jonah hubiera tomado la iniciativa de besarlo, por que Daniel podía haber seguido hablando por años. Y tal vez no les importaron las reglas de la casa, siguieron sus instintos yendo a lo físico esa tarde.
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Holaa
Perdón por hacer que crezcan tan rápido.
Gracias por leer.
K.
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