Todo

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Daniel salió del edificio, había pasado tal vez dos meses desde que se había mudado con Jonah y aunque todo siguiera igual, Daniel había sentido que Jonah lo había dejado de lado.

Por qué el tiempo pasa rápido cuando Jonah le llamaba cupcake, cuando le besaba la frente o jugaba con su cabello, también muchas otras cosas más, pero Jonah estaba cansado y Daniel lo sabía.

Así que ese día Daniel tenía al menos cinco entrevistas de trabajo, este era el momento donde Daniel se arrepentía de estudiar administración de empresas. Para tener un puesto en algun lugar donde la paga sería buena, significaba que debería pretender ser serio en las entrevistas de trabajo, lo que también significaba que su apariencia debía ser algo diferente a lo usual.

El problema es que olvidó decirle a Jonah que estaría afuera todo el día. Se había puesto un pantalón de vestir color negro, una camisa blanca y también un abrigo negro ambos de Jonah. No maquillaje, no piercings. Tal vez debió ponerse zapatos en vez de sus converse negros, pero necesitaba algo que se sintiera un poco como él.

La cosa era esta. Daniel había estudiado lo que sus madres querían, pero el alfa ayudó en su penúltimo año a su amiga Audrey quien estudiaba diseño de modas, al principio solo se ofreció como el modelo que su amiga necesitaba, pero con el paso de los meses se interesó en la confección de la ropa, hasta que Audrey le enseñó como hacer las cosas básicas. Playeras, pantalones, faldas, abrigos, camisas, chalecos.

Pero aquí estaba tomando el autobús regreso a casa, una parte de él sabía que ninguna de las entrevistas que había tenido ese día. Todas habían terminado con un "nosotros te llamamos" y Daniel no era un genio, pero sabía que eso no significaba que tenía futuro con esa empresa. Eso más bien era alguien diciéndole que no estaban interesados en la primera cita sin oportunidad a una segunda.

Al llegar al departamento pudo oler a Jonah preocupado y cuando Jonah vio a Daniel se acercó de inmediato, poniendo sus manos en la cara de su alfa, viendo si Daniel se encontraba bien.

- ¿Qué paso?- Daniel estaba claramente cansado y sus ojos estaban un poco rojos, lo que significaba había llorado. También no tenía ninguno de estos detalles que amaba agregar a su persona, tales como sus piercings, el delineado de colores, el iluminador con un su tono lila o algo que cambiará discretamente el color de sus labios.

- Yo quería ayudar, así que fui a entrevistas de trabajo y nadie me quiso-

- ¿Ayudar en que amor?-

- Es que estás cansado y yo no hago nada, así que pensé que sería bueno que empezara a trabajar para aportar algo aquí-

- ¿Recuerdas cuando me enseñaste a hacer brownies?- Daniel asintió, no sabía que tenía que ver esto con lo que había dicho antes- ¿Recuerdas cuando me enseñaste a hacer chesecake o galletas de limón?-

- Si, pero no entiendo que tiene que ver con... -

- Espera, ¿recuerdas esa vez que hice cupcakes por mi cuenta y te lleve un par a tu casa?- Daniel asintió- Esa vez, ese día me di cuenta de lo que quería hacer-

- Joe-

- Dan, quiero que hagas lo que tu quieras y no estoy cansado, yo... yo sé que no quieres estar aquí todo el tiempo y sé que puedes sentirte de lado por que no estoy aquí y cuando lo estoy no es cómo antes, pero no quiero que te fuerces a trabajar en un lugar que te haga pensar que debes vestirte así y dejar de ser tu-

- Pero yo quiero ayudar, quiero que tengas tiempo para venir aquí y... y ser feliz- parecía tan preocupado, Jonah besó su frente en un intento de calmar a su alfa.

- ¿Y quien te dijo que no soy feliz?- había quitado sus manos del rostro de Jonah para después pasar una de ellas a la nuca de Daniel.

- No lo sé, nadie, es solo que no quiero que no seas feliz-

- Contigo conmigo, créeme cariño, soy feliz- el alfa sonrió- Eres mi rayo de sol, ¿recuerdas eso?, tu eres buenos momentos y mi mundo entero-

- Las corporaciones me odian- susurró Daniel, como si fuera un secreto, lo que hizo sonreír a Jonah- Y cuando entré, todos me vieron extraño y me sentí en la secundaria otra vez-

- Suena a que es bueno que no consiguieras el empleo- Daniel rió a su pesar- ¿Comiste algo hoy alfa?-

- Sip- sonrió orgulloso- El desayuno que hiciste-

- ¿Algo más?- Daniel negó aún sonriendo- ¿Qué te parece si hago de cenar mientras me cuentas tu aventura de hoy?-

- Oh cielo, no creo que tengamos tanto tiempo- Jonah rió un poco antes de besar a Daniel. Al separarse ambos fueron a la cocina- Para empezar, ¿sabías que los ingleses odian los apellidos franceses?, digo, ¿quién hace eso?-

- Tu- dijo Jonah mientras rompía un par de huevos en un bowl. Daniel lo miró completamente ofendido.

- Yo tengo derechos, soy mitad francés, pero ellos son nada-

- De acuerdo- Jonah sonrió antes de que Daniel siguiera contando su historia.

Desde como era el piso de las oficinas a las que se presentó hasta las diferentes formas en que le dijeron no, las cuales realmente eran muy ingeniosas a su punto de vista. Era como si casi les importara no provocar un suicidio por un crudo no ó una cruel respuesta de cómo no eras apto para el trabajo. Bueno, esa era la mente de Daniel.

Cenaron aún con Daniel contando la última parte de su día, donde se sentía incómodo sin todas esas cosas que lo hacían sentir más seguro. Mientras lavaban los platos y vasos que usaron Daniel empezó a divagar sobre cómo podía aceptar el trabajo que sus madres le habían ofrecido toda su vida, Jonah se negó rotundamente, decidido a no dejar que Daniel volviera al ambiente tóxico que lideraban sus madres.

Por si se lo preguntaban Daniel siguió hablando incluso mientras cepillaba sus dientes. Y si, Jonah detuvo los pensamientos de Daniel cuando estaban por dormir, besándolo tierna y amorosamente. Quien sabe que pasó después por que yo dije que no narraria a estos dos teniendo relaciones por que es extraño, ¿no creen?.

Al día siguiente cuando Jonah se sentó en la orilla de la cama listo para levantarse y empezar el día, Daniel gruñó levemente, haciendo a Jonah reír.

- ¿Acaso me gruñiste?- dijo viendo a Daniel, quien tenía sus ojos cerrados.

- Nop- Daniel sonrió cubriéndose por completo con las sábanas. Jonah se recostó sobre las sábanas y destapó el rostro de su alfa, quien abrió los ojos y sonrió- Hola cielo-

- Hola, ¿me puedes explicar por que me gruñes?- Daniel rió tratando de cubrir su rostro una vez más- Alfa-

- Es que no quiero que te vayas- murmuró- Te quiero aquí, hoy, todo el día-

- ¿Sabes qué es sábado y tengo día libre cierto?- Daniel rió- Yo planeaba darme una ducha y preparar el desayuno-

- No, solo espera un poco más- dijo mientras ponía su mano en el centro del pecho de Jonah- ¿Por favor?-

Y Jonah no era nadie para negarse a Daniel, por que el único capricho que el mayor tenía era su propio alfa, ese ser con ojos almendrados y aroma a madera, aún con ese hermoso toque a brisa de mar. Daniel lo sabía, desde el momento que conoció a Jonah sabía que sería alguien importante en su vida, más no creyó que se convirtiera en lo más importante de su vida, lo amaba con toda su alma.

- Te amo- susurró Daniel contra la cabeza de Jonah, quien había recostado su cabeza en el pecho de su alfa, concentrándose en el ritmo de los latidos de su corazón.

- También te amo- decidió empezar a contar las pecas de Daniel, hace unos días no lo hacía y parte de su ser deseaba poder llegar a saber el número exacto de pecas que cubría la piel de su alfa. Aunque sabía que nunca lo sabría con exactitud, le gustaba intentarlo.

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Holi
Odio los domingos, ¿no odian los domingos?

Gracias por leer

K.
♡☆

SunshineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora