Aventuras de Obito Uchiha.

Piropos (Au)

Cabe recalcar que esté one-shot no tiene conexión con la historia anterior.
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En una banca en el parque, estába sentado un joven azabache al lado de su amigo quién fumaba un cigarrillo.

— ¿Enserio harás esto? —Preguntó dudoso aquél chico, exhalando el humo.

— Claro que si, ¿que es lo peor que puede pasar?

— No se porque siempre termino siendo arrastrado a tus locuras, Obito.

— Porque eres mi mejor amigo Asuma y no puedes vivir sin mí. —Dijo de manera juguetona recostandose en el hombro de su amigo.

— Quítate, no quiero que le den chismes falsos a mi novia. —Obito sólo se rió fuertemente.— La verdad, no sé porque tanto interés en venir precisamente a este parque.

— Pues porque mi crush, siempre pasa por aquí.

— jajajaja ¿Cuál de todos? —Se burló Asuma.

— ¡Hey! Sólo hay una persona que me interesa enserio.

— ¿Y por les dices piropos, a todos los estudiantes riquillos que pasan por aquí? —Preguntó arqueando una ceja— Oh mira ahí viene el primero.

Un chico cabello castaño, ojos grandes, usaba uniforme estudiantil venía jugando con una pelota de básquet, Obito le silbó para que volteara a ver.

— Desde lejos he venido, rodando como una tusa, solo por venirte a ver cara de guatuza.

Obito sintió que le faltó el aire, en el momento que aquél chico lanzó el balón hacia su estómago, Asuma solo se reía a carcajadas.

— ¡Yamato apresúrate! —Gritó otro chico, Yamato agarró el balón y se fue.

— No te rías Asuma. —Dijo Obito sentándose en la banca y luego volteó a ver a una hermosa chica.— Oh mira ahí viene Rin, Rin, Rin.

— ¿Qué? Ahora eres teléfono.

— Silencio. —Dijo tapandole la boca y luego se puso de pie.— Del cielo cayó una rosa y del pueblo una pared, que dicha fuera la mia, si yo cayera en tu red.

— Mi red no atrapa mugrosos. —Dijo la chica volteando a ver hacia otro lado, mientras siguió caminando.

— Mugroso oh no, te puedo hacer más feliz, que cualquiera de esos niños riquillos, nena.

— Jum perdedor. —Contestó ella y siguió caminando.

— ¿Duele el rechazo? —Dijo Asuma con burla.

— Na, esto lo hago por diversión, no puede ser ahí viene alguien que odio.

— ¿Porque odias a Iruka?

— No preguntes, un momento, ¿lo conoces?

— Sí lo he visto un par de veces con un amigo.

— Oh, bueno no me vayas a traicionar. —Cuando Iruka pasó cerca de ellos, Obito le habló.— Desde mi casa he venido, arrastrando este capote; Solo por venir a verte, canillas de zopilote. —Obito sonrió con malicia.

— ¡Imbécil! ¿Te crees muy gracioso?

— Simplemente lo soy, I-ru-ka.

— ¡Ja! Pero ni aún así tendrás su atención. —Fue lo último que dijo para luego seguir caminando, Obito sólo frunció el ceño.