Parte 14

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Las jovencitas estaban paradas como roca, no hubo movimiento alguno, supongo que seguían algo asustadas por lo ocurrido, además todo era nuevo, no nos conocen.

Munna, la más pequeña, estaba con un vestido celeste que Julieta le había dado, una de sus prendas antiguas; su cabello oscuro lacio suelto y unos zapatos blancos, aun sonrojada por el saludo con Camilo. No quiero ni pensar en cómo serán los siguientes días. Anjaly en cambio, estaba con unos shorts y una camisa grande con detalles morados, una pijama antigua que Luisa le había prestado, al parecer era en quien más confiaba la joven. Su cabello amarrado en una cola baja y mechones saliendo dándole un look relajado.

(Aquí les dejo un dibujo que muestre mas-menos como se ven nuestro nuevos personajes, créditos a mi hermana menor)

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(Aquí les dejo un dibujo que muestre mas-menos como se ven nuestro nuevos personajes, créditos a mi hermana menor)

Hmmm algo me dice que la mayor será quien nos traerá más problemas

-Estan muy lindas mis pequeñas.

Espera, ¿mis pequeñas? no me digas que ya las quiere adoptar.

-Camilo, no seas grosero y saluda a las invitadas. - Pepi le dio un pequeño empujón con el hombro a Camilo animando a que se acerque.

-Me llamo Camilo. - Mi hijo extendió su mano pero no la miro a los ojos, con su mano libre comenzó a rascarse su nuca.

-Y soy Mun- Munna. - Sus manos se tocaron.

-Y a veces Camila. - Dijo Dolores rompiendo el momento.

-Dolores callate! - Camilo soltó la mano de Munna y se puso detrás mío para ocultarse. Sentía vergüenza.

Dolores fue donde Camilo y le agarró las mejillas para así llenarlo de besos, se notaba que lo hacía para molestarlo y eso fastidio a Camilo.

-Okay ya es suficiente, todos a dormir.

mientras mis hijos iban a sus habitaciones planeaba conversar con Julieta y Pepa sobre dónde dormirían ellas pero Mirabel sugirió su habitación sin preguntarle. Ella siempre fue las más caritativa, demasiado, pero su cuarto era el más pequeño de todos.

-No creo que alcancen, Mirabel.

-Está bien, nosotras podemos dormir aquí, no deben preocuparse.

-Aquí como, ¿en el piso? No, niña necesitas una cama, una para cada una.

Casita comenzó a mover las puertas y ventanas.

-Veo que piensas lo mismo que yo Casita, ¿me ayudas? - Casita nos dirigió al cuarto de Mirabel, los demás detrás mío curiosos.

Magia roja emano de mis manos y mis ojos brillaron, el cuarto comenzó a crecer volviéndose mucho más grande y dividiéndose en tres áreas diferentes, cada uno con las personalidades de cada uno. El área de Mirabel era la más grande, había cuadros de la familia, mantas coloridas sobre su cama y su área de bordado intacta, más una gran ventana que le daba luz para que no tenga que forzar su vista; su area tambien estaba rodeada por una cortina de varios bordados coloridos que ayudaba a separar su área de las otras, asi tendria privacidad cuando la quisiera. El otro lado era celeste con muebles de madera oscura y una división que era una puerta corrediza de bambú y tela color claro, su cama era alta y había un peluche al costado de la almohada lo cual al parecer le agrado a la menor. Por último, otra caída tipo lluvia de brillos cálidos rodeaba la tercera parte de la habitación, una cama grande con gruesas mantas y unos muebles. Cada una con su cama, como lo prometido.

La verdad de un amor (Pepa Madrigal x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora