Parte 24

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Nos tomó muchas horas escuchar la historia de Anjaly y la leyenda que recorre mi pueblo natal desde hace ya décadas. No podía creer que el Rey seguía con vida y encima podía vivir tan tranquilo viviendo una vida como esa.

-Es por eso que tenia que evitar que vayas ¡asi como asi!

-Gracias insistir. Entonces ¿es por eso que me odiabas?

-Pensé que nos habías traicionado, no sabía la verdadera historia.

-Hmmm, bueno, ahora que se sabe la verdad, ¿estamos en paz?

-Creo que sí.

Munna fue una de las más sorprendidas al enterarse de quién era yo en realidad, mis hijos y sobrinas comenzaron a preguntar varias cosas pero solo decidí responder una parte.

-Isabela, quiero hablar contigo.

-Tía Y/n...

-Perdón por haberte expuesto así, no fue la manera. No tenía derecho; estaba preocupada, sabes que ustedes son todo para mi.

-Lo puedo entender, te perdono. ¿Podrías ayudarme en algo?

-Claro mija, lo que necesites.

-Ayudame a hablarlo con mis padres.

-Esta bien, lo haré.

Me fui a mi habitación y me quedé un rato tirado en la cama mirando el techo, pensando en todo lo que había pasado en las últimas horas.

-Y/n ¿estás aquí?

-Sí, mi amor.

-¿Estás más tranquila?

-Creo que sí, es mucho lo que pasó en tan poco tiempo.

-Lo sé, agotador, pero así es la vida. - Pepi se echó a mi costado.

-Perdóname por haberte gritado amor.

-Te perdono, ya pasó, sé que no era tu intención.

-Aun así, no debí hacerlo, no importa cuán enojada esté.

-Mmmm bueno, hay algo que podrías hacer para compensarlo.

-Ah ¿sí? Y ¿qué manera es esa?

-Pues creo que... - Pepa se sentó encima mío. - Podrías demostrarme lo mucho que me perteneces y me amas. - Acaricié sus piernas y mordí mi labio inferior.

-Me parece una muy buena idea mi amor. - Pepi se acercó a mi oído y murmuró.

-Los niños estarán ocupados unas horas, sería bueno que aprovechemos eso y no desperdiciemos ni un segundo.

Al terminar su frase tomé sus caderas y la volteé besándola de manera apasionada, no había momento en que no la desee y adoraba que ella sienta lo mismo conmigo.

Sostuve su cuerpo y la acerque a mí besándola con ansias, mis manos arañando su espalda y mi respiración ya agitada, nos desvestimos con lentitud, su lengua dominando los besos invadiendo mi boca y llenando cada rincón. Pepi enredó sus dedos en mi cabello y comenzó a jalar mi cabeza hacia atrás para que tenga mejor vista de mi cuello, sus irresistibles mordidas y succionadas me daban tanto placer que no sentía ni una gota de dolor, seguro que ya estaba morado pero que me va a importar, es un honor poder lucir las marcas de mi amada.

-Y/n...

-Mi amor... - Ambos gemimos y la voz se nos entrecortaba.

SANTOS RAYOS Y TRUENOS COMO ME FASCINA SU VOZ CUANDO SE EXCITA

-Dime... - Besé su mejilla. - En qué puedo... - Besé su cuello... - complacerte? - Besé su labios.

Pepi me quedó mirando por un momento antes de comerme a besos, mordió mi labios tan fuerte que pude sentir un poco de sangre en nuestro beso, nos alejamos para tomar aire y me preguntó.

La verdad de un amor (Pepa Madrigal x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora