4

831 219 31
                                    

  
¡No duden en señalar cualquier error!
❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍

   ¡No duden en señalar cualquier error!❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍❍

—¡Regresaste, Kagome!

La voz falsamente indiferente de Inuyasha llegó a sus oídos como cuchillas. A pesar de intentar disimular sus emociones, la voz del medio demonio delataba ira, ira y nerviosismo.

Kagome se congeló instantáneamente mientras le daba la espalda a su interlocutor. Naturalmente, Inuyasha había abierto la puerta, entrando a su cabaña sin demasiadas pretensiones, tomando a la chica por sorpresa.

La sacerdotisa se sentía atrapada en su propia casa, extremadamente incómoda con esa oscura presencia a sus espaldas. Tragó saliva respirando hondo, buscando fuerzas para afrontar la situación de la que quería salvarse.

Se giró lentamente, dándole a Inuyasha una mirada firme y resuelta, aunque en su interior deseaba poder escapar de esa trampa.

—Sí —respondió Kagome suavemente, su voz ligeramente quebrada por la ansiedad y la tensión—. Llegamos hace un rato.

—¿Y cómo les fue con la misión?— Inuyasha por su parte, ya no trataba de ocultar la creciente ira, asumiendo un tono casi burlón, mientras daba unos pasos en dirección a la chica—. Si me hubieras llevado contigo, habrías terminado más rápido.

—¿Qué quieres de mí, Inuyasha? —la mirada de Kagome vaciló levemente, su voz todavía tensa al no darse cuenta de que había dado un paso atrás.

—¡¿Qué quiero?! ¡Solo hablar contigo, Kagome! —el medio demonio abrió los brazos inocentemente, mientras una sonrisa triste se dibujaba en su rostro.

Desde esa posición a contraluz, la imagen de Inuyasha llegaba distorsionada a Kagome quien vio el rostro sombreado del medio demonio en el que sobresalían los enojados ojos color ámbar y los afilados dientes que brotaban de esa sonrisa que era todo menos alegre. En ese momento le pareció paradójico que el hombre que siempre había amado ahora le estuviera dando todo menos sentimientos positivos.

>>Me has estado evitando durante días— continuó, poniéndose serio de repente y sin apartar los ojos de los de la joven.
  
—Tengo mis razones —respondió Kagome tratando de controlar su voz y los latidos de su corazón—. Ahora déjame en paz, no quiero verte.

—¡¡MEREZCO UNA EXPLICACIÓN!! —gritó Inuyasha de repente, haciendo que la chica diera un brinco.

El grito del medio demonio desencadenó algo dentro de la miko, dándole el coraje necesario para encararlo.

—¡Yo también merezco una explicación!

Inuyasha la miró, seriamente confundido por esa frase.
  
—¿Qué demonios estás diciendo?

Enamorarse de nuevo ( Pausada temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora