CAPÍTULO
TREINTA Y UNO
El Cello De OrichalcosNIRVANA SE ACERCÓ UN POCO A SU AMIGO EN FORMA DE APOYO, después de todo era bastante obvio que Joey estaba pasando por un mal rato después del último duelo con Mai. La muchacha sabía que se sentía culpable y probablemente un mal amigo, y que a pesar de todo lo que pudieran decirle, no lo mejoraría.
—No seas tan duro contigo mismo, Joey —trató de aconsejarle de todas formas, pasando su mano del hombro del chico a su cabello—. No es tu culpa.
El muchacho siguió mirando al frente, estaba parado mirando el cielo oscuro. Había salido a tomar aire unos minutos, pero no pudo evitar ser seguido por Nirvana, quien estaba preocupada por él. Soltó el aire y se dispuso a hablar, sabiendo que con ella podía ser totalmente sincero porque siempre lo entendría.
—No puedo creer que se haya unido a esos tipos, y está tan fria y perdida, que me lamento el no poder haberla ayudado antes —admitió y una de sus manos se formo en un puño, apretando su propia mano con cierta impotencia—, si lo hubiera hecho no habría terminado de esta manera.
—Mai es el tipo de chica que no pide ayuda. Creo que es muy fuerte y que por lo tanto podemos recuperarla —elogio a aquella chica rubia que la había ayudado en Ciudad Batallas—. Creeme que Yugi, el faraón, Téa, Tristán y los demás te ayudaremos a recuperarla; eres nuestro amigo y ella también. Haremos lo que sea por ustedes.
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NIRVANA, atem
Fanfiction𝐍𝐈𝐑𝐕𝐀𝐍𝐀 | ❝LA VERDADERA FELICIDAD LA ENCONTRÉ ENTRE MIS CARTAS❞. Cuando el mundo peligra de las fuerzas oscuras, sólo aquellos que recuerden de donde proviene su poder más interno, son los merecedores de poder reclamar al mundo del lado de la...