Prólogo

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Los dioses de la luna hicieron a los destinados cuando vieron que los humanos vivían prendados entre sí.
Decidieron que aquellas almas que se amaban con tanta fuerza merecían estar juntas, en esa y todas las vidas que ellos decidieran. Es por eso que aquellos amantes cuyo amor es tan fuerte y especial, reencarnan y se encuentran en sus próximas vidas.
Pero si por el contrario uno de ellos reniega del amor de su destinado será castigado separandolo de su otra mitad, y durante cinco vidas estarán separadas una de la otra, pero si se encuentran y rectifican su error, su castigo será perdonado y volverán a estar juntos. Las almas después de cinco vidas vuelven a encontrarse y será esa su vida de prueba, si deciden estar juntas podrán estarlo en sus próximas reencarnaciones, pero si por el contrario reniegan de su unión, serán castigadas, el alma que a negado a su destinado o ambas si ambas se niegan, y en la próxima vida no volverán a encontrase, al alma rechazada los espíritus de la luna le enviaran a alguien que si la ame, y el alma que a renegado de su destino desaparecerá para siempre.


A mediados del siglo XVII en la ciudad de Ayutthaya, un joven llamado Vachirawit nació en el ceno de una familia rica, el único hijo alfa había sido educado por los mejores maestros y gozaba de fama y fortuna para desposar al omega que el quisiera. Dos años después del nacimiento del alfa, un omega con piel de nube, nombrado de forma ilustre como Metawin, nació en el ceno de una de las familias más poderosas de la gran ciudad que crecía dado el comercio y ayuda de mercenarios y portugueses.
Ambos vivían a sólo unos metros del otro, ignorando por completo que eran destinados, a Metawin le hacia ilusión el encontrar a su alfa para unirse en la eternidad, justo como las historias que le leían de niño, pero a Vachirawit eso no le interesaba, el había aprendido que si quería podía tener la omega que quisiera y poco o nada le importaba el amor.


Se conocieron en la fiesta hecha por el devaraja* donde ambos tenían sobre si la vista de muchas personas. Hermosas alfas y omegas interesadas en ambos. Ellos supieron al instante que eran destinados cuando sus manos se rozaron tratando se tomar una copa, la corriente eléctrica les recorrió de pies a cabeza y lo supieron, vieron las vidas donde estuvieron juntos, donde se amaron con tanta fuerza, los ojos de Win se iluminaron pero los del alfa no.


-Pero somos destinados Vachirawit, debemos estar juntos, así lo dictan los dioses de - lo interrumpió -


-Los dioses no me interesan niño, tampoco tener un omega para casarme y hacer esas tonterías de niños - habían visto partir a ambos chicos durante la fiesta, quedaba claro que se estaban cortejando pero lo cierto es que en ese lugar había todo menos un sentimiento de atracción -


-Pero yo... - el lobo de Win comenzó a aullar -


-Escuchalo Metawin, reniego de la decisión de los astros, no te quiero como omega ni ahora ni nunca - el lobo de Win se hizo bolita y comenzó a jadear de dolor - Busca a otro alfa, uno que te quiera, a mi no me busques -


Esa noche el corazón de Metawin se rompió, su lobo agonizaba, y no había marcha atrás. Los días siguientes no fueron buenos para el omega, sufría de sudores nocturnos y vómitos constantes, ningún médico pudo ayudarlo y después de que su lobo muriera durante la madrugada producto del rechazo de su alfa, el joven de veinte años murió unas horas después. Vachirawit escuchó la noticia y sintió algo extraño sucediendole a su lobo, murió con la noticia de su otra mitad muerta y provocó que el corazón del joven se detuviera al instante, muriendo en uno de los jardines de su hogar.


Estaba claro que aquella alma había renegado de la decisión de los astros, así que su castigo comenzó en su siguiente vida.


Dos almas volvieron a nacer cien años después, esta vez fue el alma de Win la que nació primero, diez años para ser exactos, en algún lugar de China, mientras que la de Bright la cual nació en algún sitio de Corea, ambas almas no se encontraron en esa vida, ambos nacidos como betas no pudieron encontrar el amor verdadero y murieron a temprana edad producto de algún desastre natural como el de una nevada en el invierno.


Un Alfa para un Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora