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Hagan sus apuestas aquí antes de continuar el capítulo, sin hacer trampa.

¿Se nos habrá ido con mamá coco el Brillitos?
¿Está feliz como lombriz besuqueandose al Win?
Apuesten y si ganan o los sigo o les hago su insignia.

Estuvo días tratando de hablar con su omega, de solucionar las cosas, días en que no consiguio nada, en que la ansiedad, la preocupación y la angustia no lo dejaron en paz, pocas veces había llorado en vida, pero cuando Win se alejó y su mundo se redujo a nada, Bright se volvió un niño pequeño que lloraba sin consuelo. Él trató, lo buscó, iba cada día y cada noche a velar a la puerta de Win con la esperanza de esta vez arreglar las cosas. Supo que su tiempo estaba agotanodse cuando comenzó a debilitarse de la nada en señal de sólo una cosa, el omega lo había negado y era en serio que sentía a su lobo morir.

No comprendía como había pasado de la extrema felicidad a la angustia, de prometerle a su familia presentarles a Win, a un posible futuro donde, bueno, estaba dicho que seguía después de negar a tu pareja destinada y el lo sabía muy bien. Quería tener más tiempo para demostrar que realmente lo ama, que cambió y es diferente ahora, que daría todo por él incluyendo su vida, pero Win no estaba siendo justo, algunas veces mientras esperaba en el frío de la madrugada frente a su puerta, se encontró molesto por que el omega actuaba como niño y no quería oírlo, pero sabía bien que había colaborado con que lo que dijese no fuera tan creíble. Fue un cabron en el pasado y aunque haya cambiado, esa imagen sería difícil de borrar.

Pero cambió, por los dioses de la luna que cambió, y aunque estaba destrozado por dentro, no estaba molesto con Win, solo el amor más profundo te hace cambiar desde los cimientos sin darte cuenta, un día solo despiertas y te das cuenta que eres un hombre nuevo aunque el proceso haya sido largo y haya demostrado frutos ya desde la primera caricia, y Bright era realmente un hombre nuevo, quien lo conocía de hace unos años no reconocería al alfa si lo escucha hablar, su madre estaba feliz de ver a su hijo feliz, sus amigos veían a un nuevo Bright más sonriente y relajado, la cara de amargado que solía tener era ahora algo poco visto y todo gracias a Win.

Jamás podría odiarlo, sin importar nada, odiar a Win solo sería posible en otro mundo.

Entrar a la casa del omega de la forma en que lo hizo fue descabellada, pero no podía seguir esperando afuera, necesitaba hablar con él, verlo, por que su cuerpo ya no tenía fuerza y si iba a morir quería hacerlo diciendo todo lo que sentía y no en silencio. Entró por que pudo sentir al omega dentro de la casa, el olor de la tristeza era más que perceptible, así que por eso no lo pensó dos veces, entró como si fuera un ladrón buscando encontrar algo de valor dentro de la casa de Win, la cual conocía muy bien, pero no pudo ver venir el golpe que el omega lo dio con lo que creía era un instrumento de cocina, desde el impacto quedó inconsciente, todo se volvió negro, no había ruido ni luz, era demasiado pacifico, nada dolía ni nada preocupaba, ni si quiera tuvo completa consciencia, todo fue solo paz, mucho mejor que dormir. El no sabía exactamente qué pasaba pero tampoco quería saberlo, esa paz era demasiado atrayente para dejarla pasar. Todo era perfectamente tranquilo.

Un Alfa para un Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora