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Win, su Win era la persona más hermosa y perfecta en la fas de la tierra. Y ahora viéndolo dormir aún lado suyo se sentía más que pleno. Quería despertar así todas las mañanas, ahora sabía que no había sido demasiado precipitado el comprarle un anillo a Win. Pensaba dárselo cuánto antes, era una promesa el casarse por que la casa que su omega había soñado resultaba sería otro regalo más para él. En cuanto casarse y formar una familia, esperaba hacer eso en un futuro no tan lejano.
Suspiró y acarició las suaves mejillas del omega que de inmediato se removió al sentir el tacto. Había planeado una visita al acuario, ahí pondría el anillo sobre su dedo, todo estaba calculado y nadie le arruinaría ese día, salvo el mismo.

El lobo de Bright estaba feliz por que el tonto humano estaba haciendo algo por los dos, por que veía de cerca la felicidad como no la había tenido tan de cerca nunca. El lobo había estado aullando todo el día y eso desconcentraba a Bright que tubo que acomodarse la camisa tres veces por que abrochaba un botón por debajo de donde debía y quedaba todo chueco. Recogería a Win en su casa así que se decidió por comprarle flores antes de llegar, quería ser romántico y atento, tenía más cosas planeadas ese día pero debia comenzar bien, todo iba de maravilla, llegó a tiempo a casa de su omega, llamó a la puerta y una enorme sonrisa lo recibió, sonrisa que se hizo aun más grande cuando vio el ramo de flores delante suyo.

-Le traje flores al omega más lindo de todo Tailandia, y no importa lo que diga Off - Win las tomó y ahora sus mejillas estaban rojas -

-Baii - sus ojitos se cerraron en dos medias lunas que hicieron suspirar a Bright - Gracias por las flores -

-No es todo lo que tengo para ti hoy, espero y te guste - el omega asintió y dio un paso al frente -

-Pondré las flores en agua y nos iremos - se acercó a a darle un casto beso en los labios y luego corrió dentro de casa para dejar sus flores -

Suspirar se había vuelto tan común últimamente.

Bright le abrió la pierna del auto a Win como de costumbre y actoseguido, emprendió su camino hacia el acuario, ese lugar donde habían pasado un día de lo más feliz. Quería que fuese ahí, en la privacidad frente al enorme pasillo donde se podían ver a las rayas. Ambos caminaron dentro del lugar tomados de las manos. Win era el más emocionado viendo los peces, iba de aquí para allá desde las estrellas de mar hasta los corales.

-Baii mira - el omega jaló con fuerza al más bajo pata que vieran las estrellas que estaban agrupadas en el fondo dle tanque - Se ven tan lindas -

-Se ven tan en calma, quisiera relajarme de esa manera -

-Podemos pasar toda la tarde siendo dos estrellas marinas, solo acostados juntos, descansando d eun día largo en el trabajo, eso todos los días, o solo hoy, no importa si estamos juntos - eso lo hizo derretirse de amor -

Caminaron tomados de la mano hacia el otro estanque, se detuvieron mirando de frente a las anémonas y los peces payaso, la vida marina frente a ellos se abría de manera muy clara a través del vidrio grueso que los separaba de la fresca y brillante agua, podía jurar que si cerraba los ojos podría sentirse así mismo en medio del agua, con el silencio rodeandolo y la calma siendo uno solo con el, sonrió ante la imagen mental. Presionó su codo en su costado izquierdo para sentir la cajita que guardaba ahí, metió su mano buscándola, sentía que era ese el momento perfecto.

-¿Crees que los dioses de la luna no se equivocaron al asignarnos a todos una mitad? Me gusta creer que incluso los peces tienen una mitad, ya que suena a disparate - Win sonrió y Bright se perdió en su sonrisa - Antes de todo esto, antes de todo lo que hemos construido, debo admitir, estuve tentado a probarme que todo era una vil equivocación solo para no sentir del todo desahuciado - Bright detuvo su movimiento -

Un Alfa para un Omega Donde viven las historias. Descúbrelo ahora