-ˏˋ Ocho ˎˊ-

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...

La cosa podía haber sido un desastre, pero lo cierto es que Sunoo hizo un buen trabajo.
Claro que eso no quitaba que hubiera sido un proceso tedioso y... complicado.
Hyunseo tenía las orejas manchadas de tinte negro y, a saber cómo, la comisura del labio también. Sunoo no podía quitárselo de las manos, que se mancharon porque olvidó usar guantes y ahora las tenía completamente azabache.

Ya le había secado el pelo, y lo acompañó de unas ondas en las puntas que me dieron volumen. Hyunseo se miraba anonadada en el espejo, llevaba con el rojo mucho tiempo y volver a su color natural, pero un poco más azulado, era extraño para ella.

Sin embargo, le gustaba. Y no era la única, Heeseung ya había elogiado su pelo y lo miraba sorprendido por lo voluminoso y bonito que era.

- Te queda bien -comentó junto a ella, viéndose reflejado a su lado en el espejo del baño de Sunoo, que se rindió a la hora de quitar el tinte negro de sus manos.

- Gracias -sonrió y se incorporó después de estar agachada hacia el cristal, mirando sus labios-. Debería de quitarme esa mancha.

Sunoo llegó en ese preciso instante y le dio una toalla húmeda.

- Me ha quitado un poco la pigmentación de las manos antes, tal vez...

La cogió y se volvió hacia el espejo. Frunció el ceño tratando de verse bien, pero la iluminación de ese baño era escasa.

- Hazlo en el pasillo, mejor -sugirió Heeseung.

Hyunseo asintió y fue con ambos al lugar sugerido. Luego se dio cuenta de que no podría verse.

- ¿Te ayudo? -preguntó él de nuevo, burlón.

Hyunseo suspiró y le dio la toalla. Heeseung, con cuidado, se acercó hasta examinar la mancha y comenzar a frotar con cuidado. Intentaba no apretar para no hacerle daño, no quería ser demasiado duro y dejarle una marca.

- No te duele, ¿no?

Hyunseo negó con la cabeza. La situación se le hacía bastante... curiosa. Sunoo, a su lado, se reía en silencio.

Finalmente, Heeseung se separó mostrando la toalla completamente negra y Hyunseo sonrió.

- ¿Se ha quitado? -cuestionó.

Asintió.

- Gracias -dijo, agarrando su teléfono que acababa de sonar en ese instante -. ¿Quién es?

- ¿Al final dormiste en casa de Sunoo?

- ¡Mamá! Sí. Estoy aquí, pero ya voy para allá, tengo que diseñar una cosa, así que...

Escuchó a su madre asentir. Le dio la típica despedida de "te quiero, nos vemos", y colgó.

- Me tengo que ir ya -se dirigió a Sunoo y le dio un corto abrazo de despedida-. Gracias otra vez por dejar que me quedara aquí. Te lo compensaré. La próxima vez que vayamos a la cafetería de Gaeul, te invitaré a un helado de chocolate con menta.

Sunoo asintió sonriente. Sus ganas de decir "no hace falta" desaparecieron cuando escuchó la palabra "menta".

Miró a Heeseung de nuevo. Ni siquiera sabía cómo despedirse.

𝐏𝐎𝐋𝐀𝐑𝐎𝐈𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 | Lee Heeseung ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora