-ˏˋ Cuatro ˎˊ-

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...

Esa mañana en la universidad Hyunseo había abierto la taquilla con cierta curiosidad inevitable. "¿Habrá carta?" Pensó. Y no se equivocaba. La hubo.

"¿En algún momento me contestarás? Tienes una bonita sonrisa.

Heeseung."

Hyunseo ni siquiera sabía por qué había abierto aquella tontería, pero guardó la polaroid adjunta, con una foto del mar. "El chico de las polaroids" era un apodo que iba a perdurar.

En ese momento ella estaba en casa de Gaeul, junto a Juhyeon. Un reencuentro las tres juntas era lo que necesitaban después de años en los que las dos mayores habían estado apartadas. Y al no estar su madre con su gran inocencia, el tema de su padre no había salido, ni lo haría. Ninguna de las tres necesitaba revivir los malos recuerdos de la relación desastrosa de sus parientes, y cómo él siempre fue una mala figura para ellas. Tampoco el hecho de que llevó una doble vida durante todo ese tiempo.

Hyunseo les había contado a sus hermanas el asunto con Heeseung; las polaroids, que él nunca supo que Béatrice era una estudiante de intercambio, que jamás coincidió con el chico en el instituto y no iban al mismo departamento en la universidad, y por eso él desconocía incluso que existió un programa de intercambio para estudiantes de moda...

No especificó qué pensaba al respecto; ellas ya lo deducían. Y tampoco quiso admitir que cuando lo conoció le despertó esos pensamientos curiosos de cómo podía desvivirse por tratar de impresionar a una francesa desaparecida, cuando era un buen partido y tendría a muchas chicas detrás. En ese aspecto, desde luego que no avanzaba. Y por eso, sus propias hermanas no trataban de hacerle abrir los ojos. Siempre que lo hacían, era en vano. Y pensaban que la única forma de hacerle entenderlo, sería que experimentara sentimientos en carne propia.

Juhyeon romantizaba la historia. "Qué bonito", "suena muy caballeroso", "¿es guapo? esa tal Béatrice debía de tener mucha suerte, ¿Por qué no le dio una oportunidad?" Gaeul negaba con la cabeza y murmuraba "pobre chico..." Pero se reía un poco por la anécdota vista desde el punto de vista de Hyunseo.

En realidad, Hyunseo tampoco sabía aún si Béatrice llegó a hacerle caso a Heeseung, pero no entró en eso, no quiso ponerlo como posible para no estropear la historia con la posibilidad de que Heeseung sí hubiera recibido atención. Entonces, eso se convertiría en una lección de sus hermanas diciéndole que era una mala persona, una pasota, y que tenía que decirle al chico lo que estaba pasando.

De todas formas, era algo cierto y que Hyunseo ya sabía, y no se le ocurrió mejor idea que confirmárselo a sí misma, escribiéndole un mensaje a Béatrice aprovechando que aún podían hacerlo por alguna red social.

Y en ese momento, mientras cada una se ocupaba de sus asuntos, le llegó un mensaje. Después otro. Uno de Sunoo, posteriormente, la respuesta de Béatrice.
Abrió primero el de ella para ver si era posible que se quedara con la consciencia medianamente limpia.

"Nunca he tenido contacto con él. Solo recibí dos notas, empezó a mandarlas pocos días antes de que volviera a Francia. Nunca le había visto y no sabía si sería una buena idea responderle. El último día me di cuenta de que era un amigo de Sunoo y del resto, pero no llegué a decirle nada." Escribió con un coreano algo débil en algunas partes.

Eso le alivió.

Ya podía mantener lo que dijo sin que una parte llegara a ser una mentira. Por eso, abrió el de Sunoo.

"¿Te gustaría salir a tomar un café con Sooyoung y conmigo en la cafetería junto al instituto? A no ser que sigas con tus hermanas, claro."

𝐏𝐎𝐋𝐀𝐑𝐎𝐈𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 | Lee Heeseung ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora