-ˏˋ Veintitrés ˎˊ-

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...

Hyunseo daba vueltas en su cama al pensar en lo sucedido el día anterior. En la fiesta, en lo que Heeseung causaba sobre ella y en lo mucho que comenzaba a odiar el sentimiento de nuevo. No tenía que seguir. No podía.

Salió de entre las sábanas, donde se metió y se hizo un nudo en ellas. Hizo la cama y se levantó para ir hasta el salón y encontrarse con lo que ella identificó como "la gota que colmaba el vaso".
Heeseung estaba allí. Con dos maletas enormes.
Lo había olvidado, pero él en algún momento también iba a vivir allí.

-Hola... -saludó, y miró a Gaeul casi pidiendo auxilio-. No sabía que venías hoy.

-Te he mandado un mensaje, pero no lo has leído. De todas formas, no importa, ya lo sabes. -se encogió de hombros y atravesó el pasillo para ir hasta su cuarto.

Él tenía razón. Hyunseo no vio su mensaje, y no fue el único. Su móvil sonaba cada dos segundos debido a las preguntas de sus amigos, que comenzaban a sofocarle, pero no podía negarlo; lo que pasó la noche anterior en casa de Jake fue bastante evidente. Más aún para aquellos que ya sospechaban algo.
Decidió dejar de evitar aquello. Ya era bastante con querer ignorar lo que pasaba con Heeseung, ella y Béatrice que, aunque ya no estaba realmente involucrada, jugaba un papel importante en la historia, según Hyunseo.

Agarró su teléfono, dentro de su habitación, y le respondió primero a Jake, quien estaba preocupado porque su estado de ánimo comenzó a decaer después de lo que pasó, y quería saber si algo le sentó mal o si podía solucionarlo, además de disculparse. Pero Hyunseo le dijo que todo estaba bien.
Después a Jungwon, que también se encontraba preocupado, y preguntándose si el pequeño beso entre ellos desató algo malo, a lo que ella negó y adornó el texto con emoticonos para convencer de forma tierna al chico.
Después a Sunoo y Sooyoung, los más insistentes, especialmente el primero. En el grupo que mantenían los tres, fue el que más mensajes mandó reclamando la atención de Hyunseo. A ellos les confesó parte de la historia, pero siempre ocultando el tema de las cartas y las polaroids. Para ella, comenzaba a ser algo íntimo.
Y por último a Sunghoon. No tan pesado como los primeros, el chico utilizaba la excusa de que era su hermanastro para que le contara lo que sucedía. No lo hizo, se excusó de la mejor forma que pudo.

Heeseung dio varios golpes sonoros en la puerta de su cuarto con sus nudillos, aún cuando estaba abierta, para llamar su atención.
Hyunseo escondió su teléfono bajo la almohada y le permitió la entrada ladeando la cabeza.

El pelinegro andó hasta donde estaba Hyunseo, y con cada paso que le hacía aproximarse, el corazón de ella latía más y más. Lo odiaba de nuevo. Odiaba amar, odiaba sentirse así cuando era tan doloroso y estaba tan lejos de comprender la situación. Cuando ella misma se metió en aquello, y estaba tan avergonzada que no se atrevía a preguntar qué pasaba con Béatrice, qué había de aquellas cartas.
Y lo que más odiaba era haberse alejado otra vez de su objetivo, avanzar, cuando lo había conseguido y estaba tan cerca de comprender qué era amar en realidad.
Ya no podía negarlo, estaba enamorada. Eso era precisamente lo que le sacaba de sus casillas. Era demasiado cierto. Demasiado real. Lo sentía con una intensidad que no le permitía pensar en nada más.

Heeseung se posicionó frente a ella y trató de besarla. Colocó una de sus manos en su cintura y con la otra rozó su mejilla. Por último, se fue acercando poco a poco.
Pero Hyunseo lo apartó un tanto brusca. Frunció el ceño con cierta tristeza y echó la cara para atrás, separando la mano de él de su mejilla.

-¿Qué pasa? -preguntó dejando ver su clara preocupación. Le dolió, a Hyunseo le dolió pero al mismo tiempo no podía entender qué era lo que entristecía a Heeseung, si por otro lado se suponía que estaba enamorado de Béatrice-. ¿Estás bien?

-Perfectamente -se retiró por completo, quedando a una distancia normal. La distancia que tenía que obligarse a poner-. No es nada.

-¿Entonces por qué te alejas? Si no te encuentras bien puedes decírmelo, pero solo iba a darte un beso, no veo el problema...

-He dicho que estoy bien. No quiero, eso es todo. Guarda tus cosas y... ya hablaremos. -se cruzó de brazos, algo avergonzada.

Heeseung le dio una última mirada de confusión antes de girar sobre sus talones y salir a paso rápido.
Hyunseo sentía que lo había hecho fatal y, al mismo tiempo, que hizo lo correcto.
Para ella, Heeseung seguía siendo algo indescifrable. Todo él, era maravilloso y doloroso.
Caer en sus encantos cada día era muy sencillo, pero si no frenaba por un momento y se daba tiempo para aclarar la situación, solo conseguiría salir dañada. Ella lo sabía. Sabía que así no podría aprender. Retrocedería aún más.

Ya que él no cerró la puerta tras de sí, lo hizo ella por él y volvió para acostarse sobre su cama.
Se sentía estúpida. Ella misma había causado eso, ella misma fue la que, sin aceptarlo, cayó en los encantos de las palabras escasas y bonitas de Heeseung. En las polaroids. En lo mucho que le quería sin haberse percatado de ello.

Recordaba cada beso mientras miraba el techo con frustración y jugaba con sus uñas. Y algo crecía dentro de ella. Una sensación que invadía todo su cuerpo y la cegaba sin cesar. La llenaba, y no podía explicarlo. Quería ir al cuarto de Heeseung, besarle de forma pasional, ignorarlo todo y esperar a que nunca más contestara una de las cartas que le mandaba fingiendo ser quien no era.
Pero decidió ser inteligente, ya que antes no lo fue.
Y aunque las cosas iban a volverse incómodas, Hyunseo tenía asuntos que resolver. Misterios que descubrir.

...

𝐏𝐎𝐋𝐀𝐑𝐎𝐈𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 | Lee Heeseung ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora