-ˏˋ Veintidós ˎˊ-

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...

Hyunseo vistió unas medias negras semitransparentes, unas botas altas con plataforma y un vestido azul marino ceñido de manga larga y cuello vuelto. Se preparaba para ir a una pequeña fiesta a la que Jake les invitó a ella y al resto, en su casa.

Sentía que necesitaba despejarse, y aunque iba a ver a Heeseung y tener los recuerdos de las múltiples caricias y besos, podría entretenerse con sus amigos.

Aquella mañana había recibido una carta con polaroid, la había leído y desde luego que no le ayudó.
Heeseung le respondió a lo que le dijo hacía dos días. El día anterior no fueron al campus ninguno de los dos, y aquello dejó un hueco notable que sabía que sería motivo de interrogatorio en la fiesta.

"Entonces, cada vez que te mande una te diré de dónde es.

Esta es una foto de unas flores en un prado. La tomé en un viaje a Italia. En Venecia, concretamente. Fue hace unos cuatro años y aún la guardaba. Siempre me ha gustado tomar fotos, por eso te las mando a ti. Me gustan tanto como tú.

Heeseung"

Hyunseo, cuando la vio, suspiró con frustración y guardó la polaroid adornada con coloridas flores en su mochila para llevarla a casa. Ahora estaba allí, y antes de salir para ir a la fiesta, se aseguró de que la imagen se quedaba bien guardada y protegida en una pequeña caja en forma de baúl. Cambió el lugar. Ahora todas estaban ahí. Le parecía más especial.
Aunque al mismo tiempo lo odiaba.
Aquello "no era para ella".

Sentía la necesidad de frenar todo lo que estaba pasando, de enamorarse y aceptar las conscuencias sin seguir interfiriendo. A Heeseung le gustaba Béatrice, se notaba en cada carta. Eso creía ella. Y ya que no podía mandar sobre su corazón, tendría que hacerlo sobre sus actos.

Lo pensaría. Pensaría en su decisión, pero no en ese momento. Se limitaría a mantenerse al margen todo lo que pudiera y disfrutar con sus amigos.
Aunque tenía que reconocerse a sí misma que, para ello, aceptar que Heeseung la recogiera no ayudaba.

El timbre sonó y ella se despidió de una somnolienta Gaeul antes de salir. Su hermana y ella siempre habían sido muy diferentes. La pelinegra era alocada, amaba salir de fiesta y pasar los días fuera, aunque Heeseung hubiera cambiado un poco las cosas. Mientras tanto, la castaña era todo lo contrario. Apenas salía para trabajar y su pasatiempo favorito era dormir la siesta en el sofá, y empezar documentales que nunca acababa porque se dormía al principio de estos.

Abrió la puerta, bajó las escaleras y salió por el hueco de la entrada. Ahí estaba Heeseung ya metido en su coche de nuevo. Ella se sentó en el asiento del copiloto.
El camino fue tranquilo y divertido. El corazón de Hyunseo latía con demasiada fuerza. Tanta que le costaba soportarlo.

...

La fiesta comenzó bien y bailaron tanto que estaban cansados. Algunos mareados por la bebida, era lo normal allí.
Riki acababa de contarle a Hyunseo sobre su viaje a Japón con Heeseung, y cómo odió este ya que, al parecer, el mayor de ambos siempre perdía sus pertenencias en los hoteles y, en general, en cualquier parte. A Hyunseo se le hizo tierno, mientras que Riki, al haberlo experimentado, pudo asegurar que jamás volvería a viajar con Heeseung.
Todos se reían. Hyunseo tuvo curiosidad por ello desde que lo leyó, pero no se atrevió a preguntar para no levantar sospecha. Afortunadamente para ella, el tema salió mientras la conversación fluía.

𝐏𝐎𝐋𝐀𝐑𝐎𝐈𝐃 𝐋𝐎𝐕𝐄 | Lee Heeseung ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora