Volvió a subestimarla. Álex se giró, espalda a tierra, y comenzó a patalear con fuerza. Hubo suerte: más por azar que por tino, una de las patadas le alcanzó en los testículos, y el macho se llevó las manos a la entrepierna. Álex había ganado solo dos segundos de tiempo.
Mientras pataleaba con el asesino, reaccionó por puro instinto. Echó mano al bolso y sacó el bote de laca. Apuntó a sus ojos y apretó el pulsador. El chorro de acetato de vinilo, copolímeros, anhídrido maleico y alcohol salió a presión, impulsado por los clorofluorocarbonos, directo al rostro del sicario. El tipo ni se inmutó.
—Hijaeputa, ¿cree que va a pararme con esto?
Álex no se molestó en responder, esta vez no necesitaba producir fuego con electricidad: había tomado la precaución de llevarse un encendedor. El inicia sorprendió el chorro de gas en suspensión, convirtiendo el inofensivo spray de laca para cabello en un improvisado lanzallamas.
Más por la sorpresa que por su poder de combustión, el matón acusó el atávico temor al fuego de todos los seres vivos. En cuanto aquella llama anaranjada impactó contra su rostro, quemándole el cabello, las cejas y las pestañas, dio un paso atrás. Puro instinto de supervivencia, pero su pie no encontró ningún peldaño en el que asentarse. La tierra atrajo el cuerpo del sicario como un electroimán de alto voltaje, y el tipo empezó a rodar por las escaleras con la cabellera en llamas al tiempo que Álex echaba a correr en dirección contraria. Apenas escuchó el sordo crac de las vértebras del sicario al romperse en el filo de un peldaño. Se partió el cuello limpiamente. De un golpe. Con la misma rotunda eficacia con que su martillo de carpintero le había roto el cráneo a su enamorado unas horas antes. Lex talionis.
Volvió a bajar por las escaleras del lado opuesto del vestíbulo, pero el matón de acento venezolano entraba en ese momento en el edificio cortándole la salida por la puerta principal. El cuerpo del sicario del martillo rodaba escaleras abajo, ya sin vida, golpeándose la cabeza envuelta en llamas en cada peldaño. Aún llevaba enganchada al hombro la mochila amarilla. El venezolano intentó socorrerlo, aunque ya era tarde. Con el rabillo del ojo vio a la universitaria bajando las escaleras del otro lado del vestíbulo y perdiéndose por el pasillo del fondo.
—¡Hijaeputa, lo has matado! —gritó tan furioso como sorprendido por el imprevisible desenlace de aquella persecución.
Álex lo escuchó, pero no dejó de correr hacia los lavabos de la planta baja. Desde allí saltó por una ventana hacia el exterior del edificio y continuó corriendo a través de los arbustos de los jardines de Freud, entre la Facultad de Derecho y la de Ciencias Humanas.
Mientras dejaba atrás la Ciudad Blanca, avanzando hacia la calle 26, se hizo consciente de que su pesadilla solo había echado a andar. Huir, escapar, era su único pensamiento. No solo había presenciado un asesinato, sino que ella misma acababa de matar a un hombre. De pronto supo que nunca más podría regresar al Departamento de Química: su prometedora carrera científica había concluido antes de comenzar siquiera.
Si antes ya era difícil, ahora resultaba totalmente imposible buscar ayuda en lapolicía. Para las autoridades colombianas no solo era la hermana de un terrorista, sinotambién la ejecutora del hombre que había asesinado a su novio. Nadie iba a creerque había sido un accidente. Necesitaba dinero para escapar.

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Operación princesa
Mystery / ThrillerUna mujer vejada, un sistema corrupto, una venganza implacable. Ojo no es mi historia, es de mi autor favorito :))