[5] Ghosting

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Las ocho de la noche no se siente tan diferente a las tres de la mañana. La oscuridad es algo que ha tenido que acompañar a TaeMin en los últimos meses. La luz es cegadora y no quiere levantarse de su cama si no es realmente por algo necesario.

En otro tiempo, sus noches se reducían a estar hablando con sus amigos, a salidas que terminaban con él borracho y con los mejores recuerdos de su juventud. ¿Es mucho pedir regresar a esos días? Solo uno, en el que pueda golpear a Ravi en el hombro mientras se ríe de sus bromas y decirle a MinHo que no sea tan cobarde para tomarse el último trago de soju.

¿Qué se hace cuando no se tienen ganas de nada?

Tiene todo menos el humor para convivir. Y no entiende por qué, no hay motivo aparente para que sus ganas por socializar se vieran reducidas a cero. Ya no puede estar ni siquiera en un centro comercial sin sentirse abrumado después de veinte minutos.

Su celular vibra, la pantalla se ilumina y ve alguna de sus redes sociales, pero no contesta ningún mensaje. ¿Para qué? Van a preguntarle sobre cómo está, que ha hecho y alguno que otro chismecillo, y hasta ahí.

Nadie quiere escuchar las quejas de un hombre con dudas existenciales. Y sus amigos -en su intento por ayudar- pondrán grandes charlas motivacionales que solo causan que TaeMin se cuestione más sobre su comportamiento. ¿Por qué alguien como él se sentiría mal? Bien lo dijo JongIn, necesita hacer cosas para distraer sus pensamientos.

Pero no puede.

Libros, series, un diplomado en teoría aeroespacial. Nada funciona lo suficiente. Siente que lo ha intentado todo y nada a la vez, porque todos dicen que le hace falta poco, que solo necesita quererlo para lograrlo.

¿Eso significa que no ha querido lo suficiente?

Ve un par de mensajes de MinHo en la pantalla, y recuerda cómo solía sonreír cuando eso sucedía. Le da gusto, porque siente que MinHo es uno de esos pocos que se ha preocupado por él, lo malo es que le gana la cobardía de tener que responderle con otra mentira.

     «Ya estoy mejor».

     «Sí, nos veremos pronto».

     «Yo también te extraño».

Responde algunas veces.

TaeMin deja de distinguir la realidad de la mentira, porque si realmente quisiera estar con MinHo otra vez, aceptaría sus invitaciones, le contestaría los mensajes a diario y no cada que tiene la sensibilidad para hacerlo.

Pero es lo mejor, porque nadie debería tratar con una persona que no tiene ganas. MinHo luego descubrirá que él no vale la pena, y prefiere ser el malo en esta ocasión, porque duele menos ser el primero en irse a ser abandonado por quienes amas.

El insomnio es su más fiel acompañante, porque su gata a veces prefiere estar debajo del sillón durmiendo a escuchar a su confundido dueño.

     «Minnie, en serio te extraño. ¿Cuándo puedo ir a tu casa? Te llevaré lo que quieras».

Escribe MinHo y su corazón se agrieta.

Muchos le dirán que lo correcto es decirle la verdad, que no ha podido contestar porque pensar en una respuesta ya es una sobrecarga para su cerebro y, sin embargo, ¿quiénes hacen lo correcto? Es fácil juzgar cuando se está del otro lado, es fácil opinar de lo que se haría cuando no es tu decisión.

Le duele no poder contestar a la invitación de Jonghyun, porque el mayor estaría encantado de que le acompañara a Jeju como en otros años. Tal vez Jinki resienta que no haya podido contestar a su cadena de mensajes desde hace un mes. Pero, ¿no sería más molesto que contestara hasta ahora?

Poco a poco se va esfumando de la vida de todos y así está bien. Entiende que lo extrañan, que quisieran salir con él y hacer las mismas tonterías de antes. No obstante, el miedo por que descubran a su nuevo yo es más grande. No necesita más miradas de tristeza, ni consejos, ni palabras.

Taeyeon le escribe, lo hace también Naeun y no responde tampoco. Es más, ni da respuesta a los videos que le mandan por Instagram aunque los vea, porque no tiene nada importante que agregar a un perrito bailando de fondo.

     «Estamos preocupados por ti... ¿Hicimos algo malo TaeMin?».

Pone KiBum en su chat y él lo ignora por un par de días hasta que se anima a contestar despreocupadamente, echándole la culpa al trabajo que no existe y a su enorme cantidad de sueño que es una mentira también.

Lo peor es cuando MinHo le manda un mensaje diciéndole que está a fuera de su departamento, que lo puede esperar hasta que llegue y él prefiere despacharlo de vuelta, a pesar de que esté dentro de la vivienda, escondido entre sus almohadas y la oscuridad de su cuarto.

Poco a poco se va convirtiendo en un fantasma sin la necesidad de que su alma se escape de su cuerpo. 

It's Never Time [SHINee]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora