Otra vez con la desilusión perpetuada en el rostro, Jinki suspira, agotado por ir en contra de una obvia corriente de malestar. MinHo no contestó a ninguna de sus llamadas, y sus mensajes no llegaban a marcar la doble palomita.
Justo el día de hoy cumplió tres años de matrimonio con el empresario. Si bien, su unión por conveniencia no había sido del todo mala, ya que Choi y él en un inicio se convirtieron en amigos y después en grandes amantes de su habitación. Para Jinki, entender a su esposo se reducía a la cama, era ahí donde llegaba a sentirlo como suyo por minutos, muy a pesar de que MinHo jamás quiso cederle el puesto de activo.
Poco le importó.
Jinki era feliz con el galante hombre. Sus ojos expresivos y labios suaves le hicieron sentirse seguro muchísimas veces. Porque un ser como MinHo no era algo común. No se puede encontrar a un joven exitoso, apuesto y prometedor tan sencillamente, pero sus padres lo hicieron.
Una simple cita fue suficiente para que ambos decidieran que podrían ser una buena pareja. L.L Corporation y Choi's Enterprises se fusionaron fructíferamente después de que sus firmas fueron trazadas en el contrato nupcial. Contentos por el acuerdo entre sus hijos, tanto los Lee como los Choi les dieron la libertad de hacer su vida como más les placiera.
—Por favor... Contesta —Onew marcó de nuevo, los timbres sonaban como pequeñas campanas de tristeza—. Por favor MinHo...
Choi le mandó a buzón de nueva cuenta. A Jinki no le quedó de otra que empezar a guardar la comida en trastes que se arrumbarían en el moderno refrigerador. La lasaña, la tabla de quesos y el vino que compró en su último viaje a Italia. Con cada cosa puesta en su lugar, las lágrimas se incrementaron con rabia.
«¿Pero qué hice mal? Solo he tratado de complacerlo en estos años y él no ve nada de lo que hago».
Los dientes le crujieron. De nada le sirvió imaginarse el día desde hace más de un mes. Ninguno de sus escenarios previeron que MinHo no llegaría, aunque esto ya lo estaba haciendo con regularidad. Antes, llegaba tarde del trabajo, de una hora escaló a tres, luego fueron más hasta tenerlo en el departamento al día siguiente.
Con otro aroma, con diferente esencia.
Golpeándose las mejillas, Jinki caminó hasta la mesa para limpiarla con un trapo. Las lágrimas le ayudaron a dejarla brillante, y sus jadeos hicieron que su anticuada música clásica sonara aún mejor.
La una, las dos y las tres, y MinHo no apareció. No importó las pocas llamadas de Jinki, ni sus mensajes angustiados por saber de su paradero. Choi había dejado de preocuparse mínimamente por él.
—Feliz aniversario amor —comentó al aire. —Creo que hay algo que deberías saber... ¿Me notas algo diferente?
El diálogo continúa con el castaño recargado sobre la madera. Tenía los labios hinchados gracias a las constantes mordidas que dejó en ellos. Quiso imaginarse a MinHo llegando, su mirada sorpresiva por el departamento y recibir un casto beso en la boca como era su costumbre.
Choi le acariciaría el brazo y lo invitaría a la cocina, después, Jinki le presumiría el festín que mandó preparar a su restaurante preferido. MinHo le pediría que se recargara sobre su hombro, le restregaría el rostro con el propio y sonreirían en complicidad.
¿Pero a quién engaña? Lo ha visto por sí mismo. Al precioso chico que hace reír a su esposo, el mismo que le robó los labios en la calle y que lo tomaba de la mano con una seguridad que a él siempre le faltó.
Lee TaeMin. Irónicamente otro Lee le ha robado la atención de MinHo, porque de su amor jamás estuvo seguro. Jinki se había conformado con ser el compañero de Choi nada más, de tenerlo en cuerpo pero no en alma, porque así pasa en la ficción, el tiempo pasa y los sentimientos florecen.
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It's Never Time [SHINee]
FanficOne Shots / Drabbles ♦ Diferentes parejas ♦ Mención de temas sensibles ♦ Uso explícito de violencia física/verbal Recopilación hecha para el Angstruary de Es de FanFics