¡Dragones!

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POV NARRADORA (sensual 7W7)

Tras hablar esa tarde con Hagrid y que el los citara en su cabaña quella noche.

A las once y media de esa noche, Harry y Leire, que habían hecho como que se iban temprano a la cama, volvieron a reunirse y a ponerse la capa invisible y bajaron la escalera hasta la sala común. Sólo unas pocas personas quedaban en ella. Los hermanosCreevey se habían hecho con un montón de insignias de «Apoya a CEDRICDIGGORY», e intentaban encantarlas para que dijeran «Apoya a HARRYPOTTER», pero hasta aquel momento lo único que habían conseguido era que se quedaran atascadas en POTTER APESTA la pelirroja quería agradecerles por su esfuerzo pero fue incapaz de hacerlo, con un puchero siguió a su hermano. Harry pasó a su lado de camino al retrato y esperó aproximadamente un minuto mirando el reloj. 

Luego Hermione les abrió el retrato de la Señora Gorda, tal como habían convenido. Ellos lo traspasaron subrepticiamente y le susurraron un «¡gracias!» antes de irse. 

Los terrenos del colegio estaban envueltos en una oscuridad total. Bajaron por la explanada hacia la luz que brillaba en la cabaña de Hagrid.

—¿Eres tú, Harry, Leire? —susurró Hagrid, abriendo la puerta. 

—Sí —respondió Harry, que entró en la cabaña y se desembarazó de la capa

—¿Por qué nos has hecho venir? — pregunto la chica

—Tengo algo que mostraros —repuso Hagrid. Parecía muy emocionado incluso intentó peinarse! Intentó ya que en su pelo seguían las puas rotas de los peines.

—¿Qué vas a mostrarnos? —dijo Harry con recelo. 

—Cúbranse con la capa, venid conmigo y no habléis —le indicó Hagrid—. No vamos a llevar a Fang, porque no le gustaría... 

—Escucha, Hagrid, no podemos quedarnos mucho... Tengo que estar en el castillo a la una.

 Pero Hagrid no la escuchaba. Abrió la puerta de la cabaña y se internó en la oscuridad a zancadas. Harry y Leire lo siguieron aprisa y, para su sorpresa, Hagrid los llevaba hacia el carruaje de Beauxbatons. 

—Hagrid, ¿qué...? —dijo la pelirroja

—¡Shhh! —lo acalló Hagrid, y llamó tres veces a la puerta que lucía las varitas doradas cruzadas. Abrió Madame Maxime. Un chal de seda cubría sus voluminosos hombros. Al ver a Hagrid, sonrió. 

—¡Ah, Hagrid! ¿Ya es la hoga? 

—Bon suar —le dijo Hagrid, dirigiéndole una sonrisa y ofreciéndole lamano para ayudarla a bajar los escalones dorados. Harry miró a su melliza sin entender nada, ella le dedicó una sonrisa traviesa era más que obvio que su gran amigo estaba enamorado, corrían para no quedarse atrás. ¿Quería Hagrid mostrarle a Madame Maxime? 

Aprendiendo a Amar. (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora