Gryffindor o Slytherin, decisión difícil.

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Cuando el tren paró bajamos sin nuestras cosas que habían sido trasladadas al castillo. Un señor muy grande que conocía a Harry y me quedó mirando muy atentamente por unos segundos después de desvelar mi nombre, nos llevó en unos botes por un lago hasta llegar al castillo, era de cuento de hada simplemente fabuloso.

Noté como mi hermana lo veía, tenía aquel brillo, era el brillo de la curiosidad. Una señora de 3ª edad nos esperaba dentro, nos comentó que íbamos a ser seleccionados en cada casa que por favor mantengan la calma y la disciplina, nos llamaría a cada uno para pasar al frente. Cuando cruzamos las puertas, pude observar como el salón era muy espacioso, en vez de techo había un cielo increíble y habían 4 mesas cada una con diferentes colores. Hermione tomó mi mano con fuerza

—Todo va a salir bien vamos a ir las dos en Gryffindor y la vamos a pasar en bomba.—susurré para que solo ella escuchara, pero escuché como alguien soltara una risita ante el comentario que le dediqué a mí hermana—¿Algún problema?—pregunté al chico rubio, el mismo que anteriormente me había encontrado en el tren.

—Los leones la peor casa, nunca quedarías en Slytherin después de todo eres hija de muggels.—dijo el rubio mientras reía con sus compañeros que más bien parecían gorilas.

—Muy gracioso Malfoy, pero igual no quiero ir a esa casa de serpientes.—dije cortante como si escupiera veneno.

—Tranquila no te dejes tentar por ellos mantén la calma e ignóralos—me dijo mi hermana, yo por otro lado solo asentí.


Al llegar al otro lado del salón pude deleitarme por lo hermoso que se veía todo el salón, el techo no se veía y en vez de el se podía apreciar el cielo nocturno todo repleto de estrella y constelaciones, a medida que andábamos mi hermana me iba explicando que era un hechizo aunque no hacía falta que me lo dijeran dos veces para saberlo todo aquel lugar desprendía magia, en el mismo se encontraban 4 mesas cada una llena de estudiantes que vestían 4 colores distintos cada uno representativo de cada casa y enfrente nuestra el suelo se encontraba algo más elevado y allí se encontraban en una larga mesa dispuesta horizontalmente todos los profesores y en medio de aquello se encontraba una silla de madera con un sombrero muy viejo en medio, la profesora McGonagal, se colocó a un lado de la misma anteriormente descrita mientras que este cantaba, tras eso nos empezó a llamar y como es normal llamaron primero a mi hermana.

—Hermione Granger, suba por favor. —subió a donde se encontraban el resto de profesores mirándonos con curiosidad, seguramente esperando a saber en que casa acabaríamos, y le colocaron un sombrero para que después este gritara.

—GRYFFINDOR— grito lo suficientemente alto para que todo el salón lo escuchara, inmediatamente profirieron aplausos y vítores de una de las mesas a nuestro lado, la mesa de los leones celebraba con alegría la nueva unión de mi hermana logrando empeorar mis nervios.

Aprendiendo a Amar. (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora