¿Sirius Black? Estuvo en el castillo...

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Nos miramos por un momento y este sonrió.

— Pero bueno si estas con tu novia— dijo el chico que se sentó junto a Luke 

— Cállate Jace ella es mi mejor amiga—contradijo a su amigo rubio

— Entonces estas libre?— Dijo el castaño de mi lado

— Sí pero no para ti —dije

— Te lo dije Mike ella no es de las fáciles—dijo este yo solo negué con la cabeza y me levante 

— Leire donde vas?— 

— A tomar el aire— mientras me marchaba les escuche decir "Y ahí va la belleza de Hogwarts"

Rei por el comentario y mientras salía del recinto choque con alguien...

—Malfoy ... —dije yo

—Granger... — dijo el 

—Estas en mi camino —dije yo manteniendo mi mirada desafiante

—Tal vez la que esta en el camino eres tú — Dijo el triunfante — o es verdad que eres tan pequeña que ni te vi— dijo riéndose iba a responderle cuando siento que alguien posa su brazo en mis hombros

— Ya terminé de pagar podemos irnos—dijo Mike?—Lo siento Malfoy necesitas algo con mi chica

Abrí de sobre manera mis ojos que estaba diciendo si lo conocí hoy. Lo miré a la cara y este me guiño un ojo cómplice.

Oh no me tense en ese momento y dirigí una mirada Malfoy y este se encontraba apretando su mandíbula y con una mirada de odio.

—Bueno ya no necesito tu ayuda Mike será mejor que te alejes, quiero aclarar que no somos nada ahora bien quiero ir a mi sala común — exploté y fui cabreada

Una vez en la sala común me fui a las habitaciones para ducharme estoy harta de todo y si a esto le añadimos que mi barriga me duele es perfecto.

Fui al baño y cuando mire mis panties... ¡QUE DIA ES HOY! 

Estaban todas rojas, esto explica mis cambios de humor últimamente. Una vez arreglado el problema y con una compresa me dirigía a la enfermería.

—Oh Leire cariño que te trae por aquí

— Señora Pomfrey resulta que estoy en mis días y el dolor es insoportable... No tendrá algo para reducirlo o neutralizarlo.

—Claro que si querida, toma— dijo tras buscar en una estantería entregándome un pequeño frasco.

— Gracia Madam

AL volver a la sala común ya se encontraban allí Ron, Hermione y Harry.

—Ojalá te hubiéramos traído cerveza de mantequilla. Realmente te reconforta.—decía Ron

—¿Y tú que has hecho? —le preguntó Hermione—. ¿Has trabajado? 

—No —respondió Harry—. Lupin me invitó a un té en su despacho. Y entró Snape... 

—¿Y Lupin se la bebió? —exclamó—. ¿Está loco? 

—Será mejor que vayamos bajando El banquete empezará dentro de cinco minutos, tú también Leire escuche que pasó algo con Malfoy y Mike de Hufflepuff

Me decía mientras llegábamos al vestíbulo y lo cruzábamos para entrar en el Gran Comedor. Lo habían decorado con cientos de calabazas con velas dentro, una bandada de murciélagos vivos que revoloteaban y muchas serpentinas de color naranja brillante que caían del techo como culebras de río .La comida fue deliciosa. Incluso Hermione y Ron, que estaban que reventaban de los dulces que habían comido en Honeydukes, repitieron. Harry no paraba de mirar a la mesa de los profesores. El profesor Lupin parecía alegre y más sano que nunca. Hablaba animadamente con el pequeñísimo profesor Flitwick, que impartía Encantamientos. El banquete terminó con una actuación de los fantasmas de Hogwarts. Saltaron de los muros y de las mesas para llevar a cabo un pequeño vuelo en formación. Nick Casi Decapitado, el fantasma de Gryffindor; cosechó un gran éxito con una representación de su propia desastrosa decapitación. Fue una noche tan estupenda que Malfoy no pudo enturbiar el buen humor de Harry al gritarle por entre la multitud, cuando salían del Gran Comedor:—¡Los dementores te envían recuerdos, Potter!  

Seguimos al resto de los de su casa por el camino de la torre de Gryffindor, pero cuando llegaron al corredor al final del cual estaba el retrato de la señora gorda, lo encontraron atestado de alumnos. 

—¿Por qué no entran? —preguntó Ron intrigado.Harry miró delante de él, por encima de las cabezas. El retrato estabacerrado. 

—Dejadme pasar; por favor —dijo la voz de Percy. Se esforzaba por abrirse paso a través de la multitud, dándose importancia—. ¿Qué es lo que ocurre? No es posible que nadie se acuerde de la contraseña. Dejadme pasar, soy el Premio Anual.

 La multitud guardó silencio entonces, empezando por los de delante. Fue como si un aire frío se extendiera por el corredor. Oyeron que Percy decía con una voz repentinamente aguda: 

—Que alguien vaya a buscar al profesor Dumbledore, rápido. Las cabezas se volvieron. Los de atrás se ponían de puntillas. 

—¿Qué sucede? —preguntó Ginny, que acababa de llegar. 

Al cabo de un instante hizo su aparición el profesor Dumbledore, dirigiéndose velozmente hacia el retrato. Los alumnos de Gryffindor se apretujaban para dejarle paso, y Harry; Ron y Hermione se acercaron un poco para ver qué sucedía. 

—¡Anda, mi madr...! —exclamó Hermione, cogiéndose al brazo de Harry. La señora gorda había desaparecido del retrato, que había sido rajado tan ferozmente que algunas tiras del lienzo habían caído al suelo. Faltaban varios trozos grandes. Dumbledore dirigió una rápida mirada al retrato estropeado y se volvió .Con ojos entristecidos vio a los profesores McGonagall, Lupin y Snape, que se acercaban a toda prisa. 

—Hay que encontrarla —dijo Dumbledore—. Por favor; profesora McGonagall, dígale enseguida al señor Filch que busque a la señora gorda por todos los cuadros del castillo. 

—¡Apañados vais! —dijo una voz socarrona. Era Peeves, que revoloteaba por encima de la multitud y estaba encantado, como cada vez que veía a los demás preocupados por algún problema. 

—¿Qué quieres decir, Peeves? —le preguntó Dumbledore tranquilamente.La sonrisa de Peeves desapareció. No se atrevía a burlarse de Dumbledore.Adoptó una voz empalagosa que no era mejor que su risa. 

—Le da vergüenza, señor director. No quiere que la vean. Es un desastre de mujer. La vi correr por el paisaje, hacia el cuarto piso, señor; esquivando los árboles y gritando algo terrible —dijo con alegría—. Pobrecita —añadió sin convicción. 

—¿Dijo quién lo ha hecho? —preguntó Dumbledore en voz baja. 

—Sí, señor director —dijo Peeves, con pinta de estar meciendo una bomba en sus brazos—. Se enfadó con ella porque no le permitió entrar, ¿sabe? —Peeves dio una vuelta de campana y dirigió a Dumbledore una sonrisa porentre sus propias piernas—. Ese Sirius Black tiene un genio insoportable.  

¿Sirius Black? Estuvo en el castillo... Un escalofrío pasó por mi cuerpo.







Aprendiendo a Amar. (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora