VIVIENDO CON MIEDO
Autor: Laura NavarroCapítulo 4
Al día siguiente Ángel llegó muy temprano al departamento de Paty, ella todavía seguía dormida cuando el llegó con bolsas con cosas para ella.
—¡Buenos días mi amor!. —Le dijo dándole un beso en sus labios para despertarla.
Paty al sentirlo se despertó y lo miró sentado en la orilla de la cama junto a ella, estaba vestido de traje porque de ahí se iría a su oficina.
—¡Buenos días!. —Respondió ella mientras se tallaba sus ojos. —¿Qué hora es?. —Le preguntó.
—Apenas son las 7 de la mañana, sólo que vine a traerte esto. —Le mostró las bolsas que llevó. —Es un vestido y unas zapatillas para que uses hoy para ir a casa de mis padres.
—Pensé que yo lo compraría con el dinero que me diste.
—Sí, pero decidí comprartelo yo, el dinero que te di úsalo para comprarte lo que te haga falta.
Ángel cuando no se llenaba de celos era muy cariñoso con Paty, siempre le compraba cosas o se la llevaba de viaje, le gustaba presumirla con todos sus amigos, pero el amor que le tenía era enfermizo; no la celaba con los amigos de él, pero sí la celaba si la miraba platicar con alguien a quien él no conocía.
—¡Esta bien!. —Respondió Paty, cuando quizo levantarse de la cama se quejó de dolor.
—¡Ayyy!. —Dijo agarrándose sus costillas.
—¿Te duele?. —Le preguntó acariciándola.
—Sí. No es nada. —Dijo ella bajando su mirada.
—¡Perdóname mi amor!. Prometo que no volveré a lastimarte, te lo prometo.
Le dijo mientras la besaba, se quitó su saco y su ropa y se metió a la cama con ella para hacerle el amor antes de irse a su oficina.
—¡Te amo Paty!. ¡Te amo... Y perdóname por ser un desgraciado y lastimarte!. —Le decía.
Paty no decía nada sólo lo acariciaba. Ángel había sido su primer novio, su primer amor y el primer y único hombre con el que ella había estado, con él había perdido su virginidad.
—¡Dime que me amas, dímelo mí amor!. Quiero escuchar que me amas. —Le decía Ángel en un vaivén de movimientos.
—¡Te amo!. —Le decía Paty mientras clavaba sus uñas en la espalda de él porque estaba apunto de tener un orgasmo.
—¿Cuánto me amas mi amor? ¡Dime cuanto me amas! —Le preguntaba mientras la besaba.
—¡Te amo mucho, mucho...!
Se abrazó a él con fuerza al sentir todas esas convulsiones, Ángel sólo apretaba las sabanas para no lastimarla donde la había golpeado y se derramó dentro de ella.
—¡Te amo hermosa! —Le dijo cuando terminó.
Salió con cuidado de ella y se dejó caer en la cama. Paty se recargó en su pecho y él la abrazo.
Ella no entendía porque el había cambiado mucho con ella, antes no era la persona que ahora era con ella, Paty Lo quería, pero también le tenía miedo.
—¿A que hora dijiste que vendrás por mi para ir a casa de tus padres? —Le preguntó Paty mientras le acariciaba su pecho con su dedo índice.
—Vendré por ti a las 7, mi madre tiene preparada una cena —Respondió él.
—¿Van a festejar algo?. —Volvió a preguntar Paty.
—Sí, es algo muy importante... pero no te diré nada hasta que estemos frente a toda mi familia.
Paty ya no le preguntó y siguió recostada en su pecho por un rato más.
—Ya tengo que irme. —Dijo Ángel al ver la hora en su reloj. —¡Hay que bañarnos juntos amor! —Le dijo a Paty.
Los dos se levantaron desnudos de la cama y se fueron al baño, Ángel la besaba y tocaba bajo la regadera, le levantó una de sus piernas y se la colocó en la orilla de la bañera y fue besándola desde los labios hasta que llegó a su entre pierna.
—¡Se... te... hara... tardeeee...! —Le dijo Paty en un jadeo al sentir cuando la besaba.
—¡No importa!. —Respondió Ángel.
Ángel le tocaba sus sênos mientras metía su lengua enmedio de la entrepierna de Paty, a él le encantaba el cuerpo de Paty, le gustaba hacer que tuviera ørgasmos sin tener que penetrarla.
Paty sólo se agarraba del cabello de él... sentía como metía su lengua en ella una y otra vez.
—¡Ahhhh... Para... mmmm. Para... no aguantó más!...
Ángel se excitaba más al escuchar los gemidos de placer de Paty.
—¡Vente mi amor... termina!. —Le decía...
Le metió dos de sus dedos una y otra ves hasta sentir como Paty perdía el control y se llenaba de convulsiones...
Se puso de pie y beso a Paty en la boca y la penêtró con fuerza una y otra vez hasta sentir que Paty se desesperada al igual que él y los dos terminaron juntos llenos de convulsiones.
—¡Me encantas!... —Le decía con una voz ronca y agitada... ¡Me vuelves loco!.
Paty sólo se abrazaba de él, Ángel después de tener relaciones bajo la regadera la ayudó a bañar sin dejar de besarla y tocarla.
—Debes estar lista cuando llegue por ti, sabes que odio esperar. —Ángel le decía a Paty mientras se vestía frente a ella, ella sólo lo miraba envuelta en una toalla blanca.
—Si esta bien, estaré lista para ti —Paty se puso de pie y se acercó a él para acomodarle la corbata. —¡Ya está!.
—¡Ya me voy porque es tardísimo!... ¡Te amo!... Aquí te dejó más dinero para que te compres lo que quieras.
—¡Yo también te amo!.
Ángel le dio un beso antes de irse, Paty se volvió a acostar en la cama para seguir durmiendo, puso el dinero que le dio Ángel sobre el buro y se acomodó para quedarse dormida.
Cuando despertó ya pasaba de las 12 del día, ella no trabajaba los sábados ni los domingos y ya no trabajaría porque Ángel le había dicho que no la dejaría trabajar más, se levantó de la cama y lo primero que hizo fue piner el dinero junto con el que tenía guardado.
—Ya tengo mucho dinero en efectivo. Tengo que abrir una cuenta en el Banco, si me dan la beca no podré viajar con todo este dinero.
Paty se vistió y fue abrir una cuenta al Banco que estaba cerca de donde ella vive, ese Banco abría los sábados pero sólo hasta las dos de la tarde.
ESTÁS LEYENDO
VIVIENDO CON MIEDO
RandomUn billete con un número de teléfono fue el comienzo de una oportunidad para ser felíz