VIVIENDO CON MIEDO
Autor: Laura NavarroCapítulo 10
Paty desde que llegó a Madrid estaba muy ocupada en sus clases y en terminar su tesis, no le quedaba tiempo para nada.
Un sábado que salió a comprar su despensa decidió comprar un celular porque tenía que estar comunicada con el doctor Rodríguez porque él era el que la estaba ayudando a que aprendiera más sobre la medicina y también para estar comunicada con el doctor Domínguez con quien trabajaba y hacia su tesis.
Se acordó que había apuntado el número de Mohamed en un papel y lo había guardado en su cartera pero en ese momento sólo había agarrando dinero en efectivo.
Cuando estaba recorriendo las calles de esa hermosa ciudad llegó hasta un enorme parque llamado "EL RETIRO" ese parque en verdad era muy bonito, se sentó en una banca frente al hermoso lago que ahí había.
Por primera vez no tuvo miedo de levantar su vista y ver a las personas que concurrían por ahí, sin sentir miedo a que la mirara Ángel y terminara dándole una golpiza.
Después de estar sentada por casi dos horas ahí mirando la gente pasar... empezó a caminar para ir al supermercado a comprar la despensa y regresar a su departamento.
Cuando salió del parque miró un enorme edificio como de unos 70 pisos, en verdad era muy alto y en la entrada del edificio decía ***Hannover *** y se acordó de que Mohamed en una de sus pláticas que tuvo con él le dijo que si llegaba a ir a Madrid lo buscara en la empresa donde trabaja y le dió el nombre de la empresa y era el mismo nombre que tenía ese enorme edificio.
La empresa estaba abierta, sólo había poca gente tal vez porque era sábado, se acercó hasta una señorita que estaba en recepción.
—¡Hola señorita! Disculpe ¿En esta empresa trabaja el señor Mohamed Hannover?. —Preguntó Paty.
—Si, de hecho el es el dueño. —Le respondió la recepcionista.
—¿Y se encuentra aquí en estos momentos? —Volvió a preguntar.
—No, el señor Hannover no viene los días sábados, sólo de lunes viernes; si quiere le puedo hacer una cita con él.
—No, la verdad entre semana estoy muy ocupada, pero le dice que lo vine a buscar ¿Le puedo dejar mi número?.
—Si, dígame cual es su nombre por favor.
—Patricia Montero y este es mi número. —Le dijo Paty apuntando su número celular en un papel.
—Yo le doy su número al señor Hannover pero ya será asta el día lunes que el se presente.
—Si esta bien y muchas gracias.
Paty salió del edificio y se fué a comprar su despensa. Cuando llegó a su departamento se puso a ordenar todo, ni siquiera se acordó del número de Mohamed que había guardado en su cartera.
Al día siguiente se puso a limpiar todo el departamento, a lavar y planchar su ropa. Cuando terminó se puso a estudiar.
El día lunes cuando estaba en la escuela estaba buscando su nueva identificación que había sacado con su nueva dirección y sin querer encontró el número de Mohamed.
Marcó el número en su celular para llamarlo pero él no contestó. Sus clases de Paty empezarían asi que puso su celular en silencio y lo guardó.
—Más tarde volveré intentar comunicarme con él. —Dijo cuando guardo su celular.
Mohamed se encontraba en la ducha cuando Paty le marcó. Cuando salió revisó su celular para ver quien le había llamado, como no conoció el número no le dio importancia.
Se vistió y bajo a desayunar, se despidió de su pequeña y se fue a la oficina. Cuando llegó a su empresa entró hablando por teléfono y saludando a los empleados que trabajaban para él.
—¡Buenos días señor Hannover! —Le dijo la recepcionista.
—¡Buenos días Magdalena! —Respondió él y se dirigió a los elevadores.
—Señor disculpe. —Lo alcanzó la recepcionista.
Mohamed se detuvo sin dejar de hablar por teléfono.
—Si. —Dijo tapando la bocina de su celular.
—Quería darle esto, una señorita lo vino a buscar el sábado pero no lo encontró, le dije que usted sólo venía de lunes a viernes.
—Si es para una entrevista de trabajo por ahora no hay vacantes. —Respondió Mohamed y entró al elevador.
—No dijo nada sobre una entrevista de trabajo señor, sólo dijo que se llamaba Patricia Montero.
Mohamed salió del elevador al escuchar el nombre que la recepcionista había dicho.
—Yo me comunico más tarde con usted señor Zepeda —Dijo Mohamed cortando la llamada.
—¿Estas segura de que dijo que ese era su nombre? —Preguntó Mohamed.
—Si señor, ese es el número de teléfono que me dejo. —Mohamed tomó el papel con el número y lo miró con una sonrisa.
—¡Gracias Magdalena! Si esta persona me viene a buscar por favor te comunicas de inmediato conmigo.
—¡Si señor!.
Mohamed regresó al elevador y miraba el número de teléfono que la recepcionista le había entregado.
—¡Estas aquí en Madrid!. —Dijo Mohamed con una sonrisa.
Apenas llegó a su oficina y guardó el número en su celular y se dio cuenta que era el mismo número del que le habían llamado cuando él se encontraba bañando.
Le marcó de inmediato pero no le contesto Paty, era porque ella estaba en sus clases, le insistió varias veces pero no le contestaron.
—Quizás esta ocupada, más tarde le marco otra vez. —Dijo.
Se puso a trabajar... se ocupó en reuniones y entrevistas con algunas personas y socios, porque estaban con el nuevo proyecto de su hermana Jade.
Paty salió de la escuela de medicina y se fue al hospital donde estaba trabajando y al mismo tiempo haciendo su tesis.
Cuando estaba poniéndose su uniforme sacó su celular para quitarle el silencio y miró que tenía tres llamadas perdidas de Mohamed.
—¡Me llamó! —Dijo Paty.
Le devolvió la llamada, Mohamed estaba en una reunión cuando le entró la llamada de Paty, a pesar de que la reunión era muy importante no le importó.
—Disculpen tengo que contestar esta llamada, ustedes sigan viendo la propuesta del nuevo proyecto —Dijo Mohamed a las personas con las que se encontraba.
Salió de la sala de juntas y le contesto la llamada a Paty.
—¡Hola! —Dijo al deslizar la pantalla de su celular.
—¡Mohamed. Hola soy Paty! Espero y todavía te acuerdes de mí.
—¡Hola Paty! Y claro que me acuerdo de ti, que gusto escucharte.
—A mi también me da gusto escucharte, no me había podido comunicar contigo porque la verdad no me queda mucho tiempo libre, aparte de que no tenía celular.
—¡No te preocupes! Y al parecer si conseguiste la beca.
—Sí, de hecho ya tengo poco más de un mes aquí en Madrid pero como te dije no me queda mucho libre.
—Entiendo y me alegra que estés aquí.
—¡Señor lo necesitan! —Le dice su asistente, quien salió a hablarle.
—¡Ahora voy! —Dijo Mohamed. —Oye Paty ¿Más tardé te puedo hablar? Lo que pasa es que estoy en una reunión muy importante.
—Mejor yo te llamo a ti porque la verdad no se a que hora este libre.
—Ok... ¡Pero me llamas!.
—Sí, entonces después hablamos.
Colgaron los dos al mismo tiempo. Paty se fue a hacer su trabajo y Mohamed regresó a la sala de juntas.
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VIVIENDO CON MIEDO
RandomUn billete con un número de teléfono fue el comienzo de una oportunidad para ser felíz