VIVIENDO CON MIEDO
Autor: Laura NavarroCapítulo 9
Al día siguiente se levantó muy temprano, se dió una ducha, se vistió con un pantalón negro y una blusa del mismo color, pero de manga larga para que no se le vieran los moretones que tenía en sus brazos.
Tomó los libros que le regaló el doctor Rodríguez y los metió en una mochila que colgó de su hombro y salió del departamento donde viviría de ahora en adelante, porque no pensaba regresar a México.
La escuela de medicina sólo estaba a tres cuadras del edificio donde quedaba su nuevo departamento. Cuando llegó miró la hora en su reloj y todavía tenía tiempo para desayunar algo.
Pasó a la cafetería de la escuela y pidió un café y una rosquilla, después se presentó a donde pasaría la mitad del día.
Ella había estudiado medicina en su antigua Universidad y ese curso le ayudaría mucho para aprender más.
—¿Paty que tal te sientes en el primer día? —Le preguntó el doctor Rodríguez.
—¡Muy bien y feliz! De hecho hasta me siento libre. —Respondió Paty con una sonrisa en sus labios.
—Me da mucho gusto... yo en un par de semanas voy a regresar a México pero volveré para seguir enseñando todo lo que sé. —Dijo el doctor Rodríguez.
El doctor era un señor de unos 50 y tantos años y desde que Paty llegó a su consultorio llena de golpes el sabía que esos golpes no eran por una caída. s
Sabía que eran golpes porque ella sufría de violencia, por eso la animó para que tomará el curso de medicina en Madrid, porque sabía que ella no tenía familia aparte del novio que la golpeaba.Durante todo un mes Paty siempre iba a sus clases, el doctor le ayudó a que empezara hacer su tesís en uno de los mejores hospitales de Madrid donde él tenía un amigo y colega.
Paty empezó a ser su tesís y a trabajar al mismo tiempo, porque el doctor Domínguez con el que haría su tesís le ofreció un sueldo para que fuera su asistente ya que Paty era muy eficaz e inteligente.
Ella no se imaginaba que su ahora ex novio Ángel Saavedra estaba loco y desesperado buscándola por todos lados sin saber que Paty se había ido al otro lado del mundo.
Ángel pensaba que Paty se había cambiado de ciudad para esconderse de él, incluso pensó que ella pudo irse del país, pero en los registros de vuelo no aparecía el nombre de Paty porque el doctor Rodríguez le había comprado un boleto de avión con el nombre de él y de la escuela de medicina en Madrid.
La familia de Ángel pensaban que Paty se había ido con otro hombre dejando a Ángel, ellos no sabían ni se imaginaban las razones por las que Paty salió huyendo de Ángel.
En España Mohamed no sabía nada de Paty... intentaba comunicarse con ellas una y otra vez pero nunca tuvo respuesta de Paty.
Una tarde se comunicó con un amigo que era agente de la policía en México para saber si a Paty le había pasado algo.
Pensó mucho en llamar a su amigo Alejandro Solís, con el que estudió en la Universidad y que ahora era el jefe de Policía.
—¡Hola Alejandro... soy yo Mohamed!. — Dijo apenas su amigo le contestó.
—¡Hola amigo, que gusto saber de ti!. Respondió su amigo Alejandro.—¿Y a que debo tu llamada?. —Preguntó.
—¡Quería pedirte un favor!. Bueno si es que puedes.
—¡A ver dime!.
—Mira yo hace unos tres meses conocí a una chica por casualidad, ella es de México pero hace poco más de un mes que no se nada de ella desde la última vez que hablamos y estoy preocupado porque siempre me contestaba los mensajes, tardaba un dia o dos en contestar pero lo hacía y hace más de un mes que no logró comunicarme con ella, su número esta fuera de servicio.
—La puedo buscar en los registros de la policía, dime su nombre?.
—Se llama Patricia Montero.
—Patricia Montero ¿No sabes si tiene segundo apellido?. —Le preguntó Alejandro.
—La verdad no, sólo se que tiene 22 años, es de pelo castaño y ojos marrones.
—Deja revisó —su amigo empezó a buscar en los registros. —No aparece ninguna mujer con ese nombre y esa descripción, al parecer tu amiga nunca a tenido problemas con la ley, si quieres puedo buscar en los registros de unos hospitales.
—Si, busca ¿Sabes? Una vez en vídeo llamada la mire golpeada de su labio como si alguien le hubiese pegado. — Comentó Mohamed.
—Mmm, quizás tu amiga sufría de maltrato, si ése es el caso debió ir a un hospital a ser revisada, mira yo me voy a poner en contacto con algunos amigos que trabajan en hospitales y en la noche me comunico contigo para decirte que averigüé.
—De verdad muchas gracias.
Mohamed cortó la llamada y se recargó en la silla de su oficina, no dejaba de pensar en Paty, no sabía si había conseguido la beca para estudiar medicina ahí en Madrid.
—¿Pero si ella si consiguió la beca y esta aquí en Madrid? ¡Me lo hubiese dicho o ya me hubiera buscado! —Dijo Mohamed.
Volvió a llamarla otra vez pero nuevamente le decía la operadora que el número que marcó estaba fuera de servicio y en su Whatsapp no se había metido desde la última vez que le mandó el mensaje y que nunca le respondió.
Cuando Mohamed regresó a su casa ya casi eran las 9 de la noche, apenas se iba meter a bañar cuando su celular comenzó a sonar.
Pensó que era Paty quien le marcaba, pero no era ella, quien le llamaba era su amigo Alejandro.
—¡Hola! —Lo saludó. —Dime que me tienes noticias de mi amiga. —Dijo Mohamed.
—¡Hola amigo! Y sí, te tengo noticia de tu amiga, pero no son nada buenas.
Mohamed se imaginó lo peor y se sentó en la orilla de la cama.
—¿Y que averigustes?. —Le preguntó dudoso.
—Mira, en un hospital aparece en los registros una persona con el mismo nombre y edad de tu amiga, según un amigo dice que hace dos años una mujer llegó al hospital golpeada y duro algunos días hospitalizada, según el registro ella dijo que se cayó de las escaleras del edificio donde vive, pero hace poco menos de un año, esa misma persona volvió al hospital con golpes y dijo que se cayó, y en un expediente que lleva un médico que atendió varias veces a Patricia Montero en los últimos meses por caídas que según ella tenía, al parecer tu amiga si sufría de violencia y esos golpes no eran de caídas; más bien alguien la golpeaba... ¡Quizás su pareja!. —Dijo Alejandro.
—Que yo sepa ella no tenía novio. ¡Bueno eso fue lo que ella me dijo!.
—Quizás un familiar la golpeaba o golpea, pero ella nunca denunció, mira le dije a mi amigo el que me paso esta información que si tu amiga regresaba al hospital de inmediato se comunicara conmigo.
—¡Muchas gracias! Y seguiré tratando de comunicarme con ella, si sabes algo más me lo haces saber.
—Así será.
Mohamed se quedó pensando en lo que le dijo su amigo, ahora entendía el golpe que le miró a Paty.
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VIVIENDO CON MIEDO
RandomUn billete con un número de teléfono fue el comienzo de una oportunidad para ser felíz