VIVIENDO CON MIEDO
Autor: Laura NavarroCapítulo 11
Paty se la pasó el resto del día planeando su tesis y ayudando al Doctor a atender algunos de sus pacientes, ese día estuvo muy concurrido el hospital y Paty se la pasó de un lado a otro.
Mohamed salió de la sala de juntas después de las seis de la tarde, ni siquiera había comido, regresó a su oficina para firmar el montón de papeles que tenía sobre su escritorio.
Cuando salió de su oficina ya pasaba de las nueve de la noche, ya sólo estaba él en la empresa, miraba cada cinco minutos el reloj y su celular porque Paty no le había marcado.
Cuando llegó a su casa se sentó a cenar junto con su hermana y su mamá, su pequeña al verlo corrió a abrazarlo.
—¿Usted porque aún no esta en la cama? —Le preguntó a su pequeña cuando la cargó en sus brazos.
La niña solo reía porque él le daba besos, se la sentó en las piernas mientras el comía.
—Al parecer hoy estas muy contento. —Le dijo su hermana Jade al ver que Mohamed tenía una sonrisa en sus labios.
—¡Yo siempre estoy contento! —Respondió Mohamed.
—Así es hermanito pero esa sonrisa es por alguien, tal vez por una mujer. — comentó su hermana sin dejar de verlo al igual que su mamá.
Mohamed no pudo evitar soltar una pequeña risa.
—¡Que chismosa eres! —Mohamed no comentó nada sobre Paty.
Durante la cena tampoco dejaba de revisar su celular.
—¡Por Dios ya hablale a esa mujer que te hace sonreír! —Dijo su hermana al ver que su hermano no dejaba de revisar su celular.
Y en ese justo momento el celular de él sonó y era la llamada que estuvo esperando toda la tarde.
—Debo contestar. —Dijo poniéndose de pie. —¡Hola! —Contestó aún con su niña en brazos. —Cuídala mientras hablo. —Le dijo a su mamá casi en susurro entregado a su niña.
La mamá de Mohamed agarró la niña y miró como su hijo salió rápido del comedor.
—¡Hola soy Paty!.
—¡Lo sé! Estuve esperando la llamada toda la tarde. —Contestó él sentándose en una de las sillas del jardín.
—Lo siento pero no pude llamarte antes es que estaba trabajando, de echo voy llegando a mi departamento —Dijo Paty.
—¿Enserio? ¿Entonces estudias y trabajas? —Pregunto él.
—Sí, trabajo en el hospital dónde estoy haciendo mi tesis.
Paty se recostó en la cama y no pudo evitar bostezar.
—¿Te escuchas cansada? —Dijo Mohamed al escucharla.
—Sí, es cansado estudiar y trabajar al mismo tiempo pero cuéntame ¿Cómo has estado este tiempo que estuvimos incomunicados? —Preguntó Paty.
—¡Muy bien! Tengo un proyecto nuevo y hasta el momento me va muy bien, pero dime ¿Porqué no me avisaste que si te habían dado tu beca? Después de la última vez que hablamos ya no supe de ti.
Paty se quedó en silencio por un par de minutos.
—¿Sigues ahí? —Preguntó al no escucharla.
—Si aquí sigo y perdón por no decirte que si me habían dado la beca, sólo que tuve unos problemas y no pude comunicarme contigo.
Mohamed pensó en decirle lo que su amigo Alejandro le había dicho de ella pero prefirió no decirle nada y esperar a que ella le contara.
—No te preocupes, lo importante es que estas en Madrid y espero verte pronto para conocerte en persona.
—Sí —respondió Paty.
—En estos días voy a estar muy ocupado en reuniones y saldré tarde de la oficina, pero si quieres y puedes nos podemos ver el sábado ¡Qué te parece! —Propuso Mohamed.
—¡Sí, el sábado esta bien porque entre semana yo tampoco puedo!.
—Entonces el sábado nos conoceremos en persona.
—¡Sí, el sábado!.
Se quedaron platicando por casi dos horas que no se dieron cuenta de que habían hablado tanto tiempo.
Cuando Mohamed regresó al interior de la casa su hermana y su mamá estaban en la sala con la niña dormida en sus piernas.
—Wooow la mujer con la que hablabas debe de ser una mujer muy importante para ti, porque hablaron por más de dos horas. —Dijo su hermana con una sonrisa.
Mohamed se sentó al lado de su madre sin quitar la tonta sonrisa que tenía en sus labios
—¿Y quien es esa mujer que te hace sonreír como tonto? —Preguntó su hermana con mucho interés.
—Es una amiga que conocí por casualidad, ella es de México y sólo la conozco por mensajes y llamadas.
—¡Huuuuy hermanito! ¡Amores de lejos!—Dijo su hermana. —Esas relaciones no funcionan, no olvides lo que te paso con la mamá de Rosi.
—Claro que no lo olvido y se como son los amores de lejos, pero esta mujer ahora se encuentra aquí en Madrid, estudia en la escuela de medicina.
—¿Todavía estudia? ¿Pues cuántos años tiene? —Preguntó su mamá.
—22, por eso digo que es mi amiga, porque es muy joven para mí.
—Pero para el amor no hay edad y la verdad ya es hora de que hagas tu vida —Dijo su hermana —¿Y cuando la vamos a conocer?
—Apenas la voy a conocer en persona el sábado, pero sólo como amigos.
—¡No importa que sean sólo amigos! Nosotras queremos conocer a la mujer que dibuja esa sonrisa en tus labios ¿Verdad mamá? —Dijo su hermana.
—Si, pero tu has escuchado a tu hermano Jade, esa joven sólo es su amiga.
La mamá y hermana de Mohamed querían que su hijo conociera a una hermosa mujer y que olvidara a esa que no lo quiso y que por dinero le entregó a su hija porque ella no la quería.
—Si, pero tengo la corazonada de que esa joven llegará hacer la mujer que mi hermano se merece.
Mohamed sólo reía de las cosas que decía su madre y hermana, se quedó platicando con ellas un rato y después subió con su niña en brazos y la llevó a la habitación de ella y después se fue a su habitación a descansar.
Durante toda la semana estuvo en contacto con Paty, cuando ella tenía un rato libre le mandaba mensaje o le marcaba al igual que él.
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VIVIENDO CON MIEDO
RandomUn billete con un número de teléfono fue el comienzo de una oportunidad para ser felíz