Capítulo 32: duplicando

104 19 7
                                    

Arco Cuatro: Tienda Sanmi V

Da Dong todavía tenía poco más de veinte años

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Da Dong todavía tenía poco más de veinte años. No era muy viejo, pero podía montar un gran espectáculo. Probablemente porque alguien lo estaba mirando desde un lado, incluso posó un poco antes de hacer su movimiento.

La cuerda blanca salió disparada como si estuviera viva y se abrió paso con entusiasmo alrededor de la cerradura de la puerta del estudio.

La cerradura era parte de un pomo de puerta redondo y anticuado hecho de latón. Debajo había un pequeño ojo de cerradura, y no tenía tantos surcos como las cerraduras de hoy en día.

―Esta es la mejor manera de hacer cosas como abrir una puerta, atar a alguien o controlar algunos objetos con la cuerda―. A Da Dong le gustaba verse bien y actuar bien frente a otras personas, pero en realidad no era una mala persona.

Cuando pensó en ello, se dio cuenta de que este discípulo de la familia Shen también era bastante lamentable. Su shifu se había ido, por lo que tuvo que resolver todo por sí mismo, y nadie podía corregirlo si estaba equivocado. No pudo aparecer en el mural del registro de nombres antes, y probablemente le resulte aún más difícil hacerlo en el futuro. Como resultado, Da Dong comenzó a explicar a medida que avanzaba y generosamente impartió algunos consejos a este ―Chen Shi―.

―El dedo índice conduce el espíritu, el dedo medio conduce la forma y el dedo anular conduce el poder. El pulgar y el meñique significan la conexión entre el titiritero y su títere―.

Cuando Da Dong estiró su cuerda en el ojo de la cerradura, giró la cabeza y le dijo a la persona que observaba cerca: ―No hay necesidad de soltar un títere por un asunto tan trivial como este. Así que el dedo medio, el pulgar y el meñique no son necesarios...

Su cuerda chocó contra un perno de cobre dentro del ojo de la cerradura, produciendo un leve ruido metálico...

De repente, una niña pequeña comenzó a reírse cerca de la puerta.

Su voz era melodiosa y clara, aunque contenía un eco vacío. Parecía estar simultáneamente de pie fuera de la puerta y justo al lado de la persona que abría la cerradura.

Da Dong dejó escapar un ― ah~~ ―. Con un temblor, rápidamente retiró su mano como si acabara de quemarse.

Todo ese espíritu y poder y todo eso desapareció por completo. El hilo de algodón blanco perdió repentinamente su vitalidad y colgó ligeramente de sus dedos mientras su otro extremo caía al suelo.

Congelado, miró a Wen Shi con ojos redondos.

Wen Shi: ―¿?―

Da Dong exprimió desde su garganta, ―¿Escuchaste esa risa?―

Wen Shi: ―No―.

Estaba muy tranquilo, lo que hacía que otras personas parecieran un poco tímidas en contraste.

PànguānDonde viven las historias. Descúbrelo ahora