Pànguān

Capítulo 52: tira y afloja

Arco cinco : Tumba de la gente común

Tal vez porque su alma había estado separada de su cuerpo durante demasiado tiempo, se sintió un poco extraña al regresar a él. Una parte de él lo rechazaba, mientras que otra parte lo acercaba más. Mientras los dos lados tiraban de un lado a otro, la víctima del sufrimiento terminó siendo el mismo Wen Shi.

Durmió profundamente durante mucho tiempo.

El dolor llegaba en ráfagas intermitentes, a veces ligeras ya veces intensas. Dado que era el mismo dolor que sintió cuando los lazos mundanos surgieron para atormentarlo, le resultó un poco difícil saber si estaba siendo generado por el reingreso de su alma o si era producto de los recuerdos.

Sin embargo, al final, todo el dolor fue eclipsado por ese último sueño tonto y ambiguo.

También estaba lloviendo afuera cuando Wen Shi se despertó.

El sonido de la lluvia golpeando contra el cristal de la ventana era un poco similar al sonido de la lluvia golpeando el techo de la residencia de estilo tradicional en el Monte Songyun; ambos estaban bastante apagados. A medida que el agua de lluvia goteaba y fluía por todas partes, el ruido líquido fluía a lo largo del techo y la parte inferior de las paredes, seguía la curva de su oreja y se filtraba en las grietas entre sus huesos.

Aquí también era de noche, igual que en su sueño. Solo había una lámpara en la habitación, y estaba encendida en su posición más tenue. Al igual que la pequeña llama de una vela de aquel entonces, la lámpara arrojaba silenciosamente un círculo de luz que estaba lejos de ser duro para los ojos.

Pero Wen Shi aún levantó la mano y se protegió.

Entrecerró los ojos debajo de la cubierta proporcionada por el dorso de su mano. La tenue luz se derramó a través de los espacios cónicos entre sus pestañas, reflejando un rayo de brillo en medio de las sombras.

―¿Despierto?― Alguien habló de repente.

Era Xie Wen.

Su voz baja y profunda era como el sonido de la lluvia: no parecía fuera de lugar en absoluto en la habitación tranquila.

Sin embargo, los dedos de Wen Shi se contrajeron brevemente cuando usó su mano para bloquear la luz.

Hace un momento, acababa de escuchar la voz de esta persona en sus recuerdos, excepto que no era tan clara.

En su sueño, la otra persona estaba envuelta en una larga túnica blanca y se apoyaba contra la puerta con una linterna en alto en su mano. Mientras el trueno amortiguado de principios de primavera resonaba fuera de la montaña, Wen Shi se sentó en su diván de bambú, con la mirada baja. Estaba empapado en sudor, su corazón latía como un tambor.

Wen Shi cerró los ojos por un segundo antes de levantarse de la cama.

Dio un breve ― en ―, una respuesta superficial a la pregunta de Xie Wen.

Debido a que estuvo acostado durante demasiado tiempo, todas sus articulaciones se habían vuelto tensas y rígidas, y crujían y crujían cuando se movía. Wen Shi dejó caer la cabeza hacia adelante mientras se masajeaba la nuca. Sus labios estaban apretados y eran de un color muy pálido. Era difícil saber cuál era su estado de ánimo actual con solo mirarlo a la cara, y era aún más difícil saber cuánto de su pasado había recordado en su sueño.

Xie Wen, que estaba de pie junto a la cama, se inclinó para encender la lámpara de la mesita de noche.

Cuando la mirada de Wen Shi se deslizó por el codo de la otra persona hacia sus dedos delgados y pálidos, la escena de su sueño se materializó abruptamente frente a él nuevamente.