Capítulo 26: Mover

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Arco tres : Wangquan Road XIII  

Wen Shi cambió la culpa y rápidamente colgó el teléfono

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Wen Shi cambió la culpa y rápidamente colgó el teléfono.

Lo hizo tan rápido que Xia Qiao ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar.

Si no fuera por el hecho de que Wen Shi se veía tan distante como siempre, y que no se comportaba así con otras personas, Xia Qiao estaba a punto de comenzar a sospechar que su ge era en realidad bastante travieso.

Xia Qiao guardó silenciosamente su teléfono en su bolsillo y elogió: ― Ge , ahora sabes cómo colgar a alguien―.

Sosteniendo al gato que había sido engendrado debido a su mano temblorosa, Wen Shi dijo burlonamente: ―¿Soy un idiota?―

―No, no, no, eso no es lo que quise decir―. Xia Qiao agitó apresuradamente las manos. ―Solo estaba tratando de decir que es muy inteligente por su parte haber aprendido a hacer esto, aunque nunca antes haya usado un teléfono―.

Wen Shi lo miró inexpresivamente.

Xia Qiao: ―...―

Xia Qiao: ―Me equivoqué―.

Él reconoció su error muy atentamente antes de que él le preguntó cortésmente, ―Oh, por cierto ge , tal vez deberíamos comprar un teléfono más tarde?―

Wen Shi no estaba particularmente interesado. ―¿Con quién lo usaría para contactar?―

Xia Qiao abrió la boca, solo para quedarse estancado.

De repente se dio cuenta de que Wen Shi realmente no tenía muchas personas con las que pudiera contactar en este mundo. Todas las personas con las que alguna vez estuvo familiarizado ya habían fallecido; Xia Qiao era el único descendiente que quedaba. Aunque llamó a Wen Shi ― ge ―, en realidad no se conocían desde hacía tanto tiempo.

... y ni siquiera era un ser humano real.

Xia Qiao se debilitó y pensó: Yo y mi boca grande, solo tenía que tocar su punto dolorido. Pero la pregunta ya se había hecho y parecía aún peor no responder.

Como resultado, comenzó a fanfarronear, ―Bueno, hay más que eso, ge . ¿Crees que tengo un teléfono para hacer llamadas? Incorrecto. De las 24 horas del día, puedo pasar 16 de ellas en mi teléfono. Puede hacer lo que quiera, incluso hacer y contestar llamadas ―.

Wen Shi: ―?―

Xia Qiao vio que su engañado tomó desprevenido a su ge . Antes de que Wen Shi pudiera responder, Xia Qiao inmediatamente concluyó: ―En resumen, este es un tesoro que mereces tener―.

Wen Shi se centró en el punto importante. ―¿Cuánto cuesta?―

Xia Qiao: ―Mn ...―

Wen Shi: ―No comprándolo, no tenemos dinero―.

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