Como un invisible reloj de arena, los pequeños últimos granos del primer ciclo comenzaron a caer.
Sin reparo alguno, los días continuaron pasando. Lentos, fríos y algo aburridos; en una monótona secuencialidad que no se detenía.
Y como un rio que fluye constante, inalterable, sus días en la aldea continuaron; entre rutinas simples, misiones y entrenamiento; entre salidas con Naruto, encuentros con Sakura, y encierros en su casa. Y de ella, no supo nada más.
Hinata no aparecía.
Aquellos 3 días de ausencia le comenzaron a preocupar.
Acompañó, como siempre, a Naruto a buscarla a su casa para cenar y ella no abrió; fueron a preguntar al Hokage si estaba de misión, pero no tenía asignada ninguna; y siguió a su amigo en búsqueda del Inuzuka y él respondió que no sabía nada.
Shino fue él único que dio luces sobre la situación; Hinata estaba quedándose en el complejo Hyuga, desde que habían vuelto del rescate de Hanabi. Toda la situación hubiese parecido normal, si no fuera porque el rostro de Shino mostraba preocupación, pero no dijo nada más.
Y los días continuaron pasando, con Naruto cada vez más preocupado, intentando ingresar al clan Hyuga para tener información, y con él simulando que solo lo acompañaba.
—Estúpido Uzumaki.
Una suave pero firme voz se dejó oir en un susurro cargado en rabia que, probablemente, no pretendía ser escuchado; que, tal vez, era para liberar tensiones.
Algo divertido, algo curioso, detuvo su camino antes de llegar al Ichiraku, donde se reuniría con sus antiguos compañeros de equipo para cenar, y desvió su mirada a un desapercibido callejón que estaba a su derecha, unos pasos delante de él, encontrando una pequeña y delgada figura, un cabello largo, liso y castaño que tenía un aire familiar: Hanabi.
La hermana menor de Hinata estaba observando a Naruto, escondida desde la distancia.
Si no fuera porque esta era la oportunidad perfecta de tener noticias de Hinata, hubiese esperado un poco más.
—Hyuga.
Notó un pequeño saltito de sorpresa en la menor al escuchar su nombre, era evidente que por estar concentrada en Naruto, no lo había notado. Pero cuando se giró, su rostro ya se había recompuesto y portaba ese habitual semblante de superioridad.
—Uchiha—respondió sin ocultar que era un saludo forzosamente educado.
La heredera Hyuga, a veces, no parecía la hermana de Hinata.
Suspiró, recordando que estaba frente a una adolescente un poco difícil, y que esta era la única posibilidad que tenía de obtener un poco más de información. Quizás, si se mostraba algo más amigable, ella respondería; Naruto siempre le decía que debía abrirse un poco más.
Y lo intentó.
—¿Cómo has estado...?
La Hyuga lo observó extrañada, sin esconder lo raro que le parecía la situación, pero rápidamente entendió sus intenciones y lo evaluó sin pudor antes de responder. Era evidente que Sasuke intentaba iniciar una conversación para saber de su hermana; sabía que él y Hinata se habían vuelto más cercanos desde que comenzó a salir con Naruto, al punto de ayudarle en su rescate.
Y tal vez él, después de todo lo que había vivido, podría entender la situación en la que se encontraba...
—Ella...—comenzó con voz segura.
Pero al instante en que lo hacía, notó como una extraña debilidad la asaltó, y un enorme nudo apareció en su garganta. Frunció el ceño, molesta con ella misma y se reprendió, internamente, por dejarse controlar por las emociones que había mantenido a raya durante tanto tiempo.

ESTÁS LEYENDO
Lejanía
FanfictionSe conocían, en silencios y circunstancias que los llevaron por caminos separados; en momentos y recuerdos que muy pocas veces los juntaron; y ahora, ella estaba en un lugar donde él jamás lograría llegar.