Habían pasado dos meses desde el cumpleaños de Jimin... Eso implicaba dos meses desde la última vez que vio a Jeongguk. ¿Por qué? porque estaba avergonzado después de cada palabra que soltó después de ese beso.
Esa noche después de aquel "accidente", como Jimin llamaba, él se había cansado de gritarle a Jeongguk que jamás deberían haberse besado, que estaba mal y que no debían volver a verse. Pero cada palabra que dijo no eran verdad. Deseaba que Jeon se hubiese detenido aquella noche antes de irse, que no le hubiese hecho caso.
Pero ahí se encontraba, tirado en el piso de su habitación llorando sin saber que hacer, se sentía como un estúpido. No recordaba haber llorado por ninguna mujer nunca antes y no tenía a nadie a quien pedirle algún consejo ya que no era normal en esos tiempos enamorarse entre personas del mismo sexo.
Quería volver a toda costa a la mañana en la que se conocieron para jamás habérselo chocado, ahora no tendría que estar sufriendo por el amor de otro hombre, ahora no estaría llorando porque extrañaba sus brazos rodeando los de él, no estaría sonrojado pensando en ese hermoso lugar debajo de los labios de Jeon, el cual tanto anhelaba besar con todas sus fuerzas.
Se levantó del suelo tomando fuerzas para ir a buscarlo, tomó su cárdigan que Jeon le había regalado y poniéndoselo salió de su habitación con rumbo al taller de Jeongguk.
Jimin estaba seguro que perdería su orgullo y dignidad yendo a buscarlo después de toda la mierda que dijo esa noche. Sabía que sería difícil para Jeongguk perdonarlo. Hasta podría verlo ya saliendo con alguna mujer, dándole atención a otra persona que no sea él.
Llegó y sin pensarlo golpeó la puerta lo más fuerte que pudo, estaba temblando, sentía que sus piernas dejarían de mantener su cuerpo y que caería al suelo, más aún cuando vio el rostro de Jeongguk con una mirada de confusión mirándolo directamente a los ojos.
— ¿Qué hace aquí? — preguntó Jeongguk.
Aunque Jimin no aceptara sus sentimientos por Jeongguk, algo dentro de él se estaba quebrando al ser tratado formalmente en lugar de hablarle como si fuesen cercanos, Jimin necesitaba que Jeon volviera a él, lo extrañaba.
No pudo aguantarlo más y dejó sus lágrimas caer — Te he extrañado mucho por favor Jeongguk. Lamento lo que te hice, yo realmente no quise decirlo. — trataba de hablar entre sollozos.
Jeon no respondió, simplemente tomó a Jimin del brazo haciéndolo entrar, tal vez estaba molesto pero no dejaría que Jimin se congelara con la fría temperatura que estaba haciendo afuera.
Tragó en seco y empezó — Yo, en realidad Jimin... No se si pueda perdonarte después de lo que me hiciste...
— ¡Por favor! Lo siento, ¿Si? No entiendes, esta situación me está agobiando, siento como si supiera todo con tan poca edad, siento que estoy haciendo todo mal pero en el fondo me gusta hacerlo. — lloró aún más fuerte.
— ¡No llores, príncipe! Solo estaba bromeando, por supuesto que te perdono. Por supuesto me dolió cada palabra que dijiste, se sintieron como punzadas en mi corazón, pero jamás podía enojarme contigo. — confesó abrazando a Jimin.
— Lo siento... Jeonggukie. — apodó Jimin haciendo por primera vez sonrojar a Jeon.
— Por dios Jimin no hagas estas cosas ¿Si?, ya déjalo por favor.
— ¿Hacer qué? No entiendo, ¿No estamos bien ahora? — preguntó alzando la mirada para encontrarse con la del mayor.
— Es que... Cada cosa qué haces le provoca a mi corazón un estallido. No encuentro aún las palabras correctas para explicar lo mucho que siento por ti, es como si tocara el cielo cuando te me acercas, es como si... No lo sé, Jiminssi. Te amo. — confesó.
— Pero ambos somos hombres, jamás podríamos amar-
— ¡Basta con esa mierda! Si amarte es un pecado, quiero ser un pecador. Si por amarte necesito ser un revolucionario, lucharé contra todo y todos con tal de que podamos ser libres, moveré cielo y tierra con tal de que seamos felices porque tú, Jimin, me haces feliz. — dijo alzando la voz.
Jimin se quedó en silencio. Para Jeongguk era tan fácil expresar sus sentimientos, hablar de lo que tenían como si no fuese difícil ser juzgado por la sociedad, ¿Cómo harían dos jóvenes para amarse en esa época? Jamás sería posible y Jimin lo sabía, por esa razón no estaba seguro de aceptar aún, los sentimientos del mayor.
— Yo... No sé aún si te amo, no lo sé. — respondió Jimin.
— No importa, príncipe. Te esperaré o me alejaré si tú lo ves necesario. Pero quiero que lo tengas por seguro, jamás te abandonaría. Quiero ser el que cure tus heridas, dibujare estrellas en tus cicatrices si es necesario, todo con tal de hacerte feliz.
No mentía cuando decía que dibujaría estrellas en sus cicatrices, ya lo había hecho. En cada mal momento que Jimin pasaba, ahí estaba Jeongguk siendo su pilar y apoyándolo. Jeon sería por siempre la estrella que iluminará el cielo oscuro de Jimin.
Jeongguk había hecho significar cada una de las palabras que dijo, él era la luz de Jimin. Park sabía que lo amaba pero aún no estaba seguro de darlo todo por él, aún tenía miedo de que los demás podrían hacerle, no era simplemente salir y revolucionar el mundo, no era tan fácil para dos jóvenes que habían comenzado su amor.
Jimin se aferró a Jeongguk abrazándolo, quería que su olor se mezclara con el suyo, quería recordarlo cada vez que usara el cárdigan, Jeon había encontrado en Jimin su euphoria, su razón de ser, se había encontrado a sí mismo y no lo dejaría ir.
— ¿Sabes por qué te regalé el cárdigan? — preguntó acariciando la espalda del menor.
— ¿Por qué?
— Porque la primera vez que viniste, me preguntaste por mi pintura del cárdigan. — comenzó — Me recordó a ti porque tú me haces sentir como uno, como si me hubieses encontrado para usarme y recordar todas las cosas buenas que existen en la vida.
— Jeongguk... Tal vez no te ame aún, pero estoy seguro de quererte con cada parte de mi corazón. — dijo Jimin plantando un beso en la mejilla a Jeon — Prometo usar este cárdigan para siempre.
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Cardigan - kookmin
FanfictionUna sociedad retrógrada y dos chicos quienes comienzan su amor compartiendo un viejo cárdigan. Donde Jimin deberá elegir entre obedecer a su familia casándose con una mujer que no ama o luchar contra los prejuicios sociales de la época quedándose c...