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No..n..o.mas por.. porfavor me duele - Sollozaba el pequeño pelirosa, mientras otra embestida era proporcionada por el alfa.

Cállate maldita basura!!! - Grito furioso, dándole otro golpe que hizo gritar al pequeño omega por el dolor que le provocó

Embestidas tras embestidas, el alfa no paraba, Jimin ya no tenía fuerzas para seguirse oponiendose, estaba lastimado, su labio y su nariz estaban rotos, y de ellos salía mucha sangre, las lágrimas no dejaban de surcar por sus mejillas, se sentía una basura, un inútil, así como su esposo se lo decía siempre.

La última embestida fue dada, y sintió algo tibio en su interior, pues el alfa se había corrido dentro de él, un sentimiento de impotencia era lo que sentía en esos momentos, porque a pesar del trato que recibía de su destinado, él lo seguía amando, seguía amando ese hombre que le ha hecho tanto daño.

Bueno al final ya estaba acostumbrado, desde que nació no fue bien recibido por su familia, incluso ni por su padres,
Lo odiaban por el solo hecho de ser una persona débil y en verdad era cierto, solo véanlo no podía defenderse ni de su esposo, el hombre que pensó que le enseñaría conocer la felicidad, vaya iluso que era, dos años de casados y cada día más era otro día en el maldito purgatorio.

El único consuelo del Omega era su mejor amigo Kim Taehyung un alfa de una familia prestigiada, como la suya, si así es, su familia es millonaria, una de las familias más poderosas del país.

Con Taehyung se conocian desde cachorros pues, los padres de ambos hacían negocios juntos.

Y así mismo conoció a Jungkook cuando tenía diecinueve años, por también ser hijo de uno de los socios de su padre.

Desde que lo vió supo que era su destinado y quedo perdidamente enamorado de él.

Pero las cosas no fueron, como las pensó, desde el momento que se cansaron ese alfa que amaba tanto se convirtió en su más grande pesadilla.

Todo en el era una porquería, se preguntaba si alguna vez en su vida llegaría a ser feliz.

Jungkook salió sin el cuidado alguno de mí, me vió con sus ojos totalmente oscuros, levantó su mano y otro golpe en mi rostro me hizo sollozar aún más.

QUÉ HACES AHÍ TODAVÍA, MALDITA PERRA, HAZME LA CENA - Grito con todas sus fuerzas haciéndome temblar de miedo, de un portazo salió de la habitación, dejándome solo.

Con mucha dificultad, me puse de pie, todo mi cuerpo estaba débil sentía que ya no podía, subí mi pantalón que yacia en mis rodillas, me dirigí al baño a paso lento.

Al entrar observé mi rostro en el espejo, estaba horrible tenía grandes ojeras, mis ojos estaban rojos e binchados debido a tanto llorar, mis labios, nariz, y una de mis cejas rotas. Quizás Jungkook no me amaba porque yo era muy feo.

Ni siquiera me había marcado, después de tanto tiempo estando casados.

Cuando llegaba su celo era mucho peor, se comportaba mil veces más agresivo, solo cuando llegaba mi celo podía sentir satisfacción porque mi lobo cedía a todo lo que le diera placer.

Después de haber detenido el sangrado, baje las escaleras rumbo a la cocina con un dolor insoportable en mi trasero.

Y ahí estaba el, el hombre que amó, como siempre sentado viendo la TV, tan tranquilo como si no hubiera hecho nada.

TE VAS A QUEDAR AHÍ PARADO VIÉNDOME PARK, MUEVE EL CULO Y HAZME DE COMER - Grito sin apartar su mirada del televisor.

Sentí como mis ojos comenzaban a aguarse nuevamente, me dirigí a paso veloz hacia la cocina.

Siempre era lo mismo con él.
Llegaba de trabajar, me golpeaba, me violaba, y luego me exigia que le hiciera de comer.

Jimin en su corazón tenía la esperanza de que su esposo cambiara, y serían completamente felices.

Nunca Lo Olvidaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora