#3

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Eran las dos de la madrugada y el pelirosa se encontraba en la cama de su habitación, sin poder dormir, Jungkook aún no regresaba y Jimin estaba preocupado por él.

Se levantó de su cama y salió descalzo de su recámara, camino sin hacer ruido por los pasillos con la esperanza que el alfa ya hubiese regresado.

Llegó a la puerta de la habitación de Jungkook, porque no, no dormían juntos, porque a él castaño le daba asco dormir con él.

Giró la perilla, y asomó un poco la cabeza hacia adentro, pero todo estaba perfectamente ordenado, Jungkook aún no había regresado.

Nunca había desaparecido tanto tiempo, siempre llegaba máximo a la media noche, pero al parecer los planes de está vez eran diferentes.

Resignado cerró nuevamente la puerta, de regreso a su habitación, intentaría descansar un poco.

Porque a las cinco de la mañana, tenía que levantarse a hacer el desayuno de su esposo, que ojalá a esa hora ya estuviera en casa.


La alarma sonó a un lado de la cama y Jimin se levantó, sin mucho ánimo no había podido dormir mucho, y últimamente se sentía más cansado de lo normal.

Pero no sabía el motivo.

Iba pasando por el cuarto de Jungkook, cuando un sonido lo hizo frenar, rápidamente se asomó la puerta estaba semiabierta, el castaño estaba lanzado sobre la cama, aún vestido incluso con los zapatos puestos, lo boca semiabierta, y roncaba sin parar.

Jimin se tapó la boquita con sus manitas, sonríendo por lo bajo, el  alfa lo trataba como la mierda pero aún así el lo seguía amando, y tenía la esperanza de que algún día cambiará.

Retomó el camino, pero esta vez con una sonrisa en su rostro, ver a Jungkook era todo lo que necesitaba para ser feliz, aunque cuando estaba despierto lo único que le provocaba era miedo.

Llegó a la cocina, y empezó a preparar el desayuno, para cuando Jungkook se levantará.

Minutos después el alfa bajo totalmente impecable, traía otro traje puesto, su cabello peinado pulcramente, unos zapatos negros bien lustrados y una corbata blanca.

Qué ha Jimin lo tenían babeando.

Se te está caendo la baba escoría, tráeme mi desayuno que tengo prisa - se sentó en el comedor con una mirada impaciente.

Jimin le sirvió rápidamente, con la mirada gacha, porqué Jungkook no podía hablarle sin dañarlo.

¿Ya comiste? - Preguntó el castaño sin dejar de masticar.

No, aún no, vo.. voy a co..comer después - Decir que Jimin estaba emocionado era poco, era la primera vez que Jungkook se preocupa por él.

O eso creía

Pareces un maldito cerdo, mírate en un espejo, deberías dejar de tragar - Y estaba lo que no podía faltar, el insulto del amor de su vida.

Jimin empezó a sollozar, le rompía el alma, esas palabras pero sabía que Jungkook tenía razón, últimamente había subido más de peso.

ES QUE ACASO SOLO SABES LLORAR MIERDA, ME VOY ME TIENES ARTO - aventó todo los platos al suelo, provocando que todos éstos se rompieran y se fue dando un puertazo.

Jimin empezó a recoger todo, mientras seguía derramando amargas lágrimas, era insignificante, nunca fue lo suficiente para Jungkook.

El timbre de la casa sonó, y Jimin miró extrañado la puerta, no podía ser Jungkook de nuevo.

Se levantó a ver quien tocaba, pero al ver quién era intentó ser la puerta rápidamente, pero la persona al otro lado fue más rápida, y ingresó al lugar antes que el pelirosa cerrará.

Ta.. Tae - El pelinegro lo observó de pies a cabeza, con una mueca de tristeza, y sin mas tomo al más pequeño en un fuerte abrazo.

Minnie ¿cuando abrirás los ojos? - El pelirosa ocultó su carita en el cuello de su mejor amigo, había estado evitando a Taehyung los últimos días, no quería que volver a discutir con él por lo mismo de siempre.

Él, cambiará Tata - Taehyung negó, y se separó un poco de el Omega, lo tomó de las mejillas haciendo que Jimin lo mirará directamente a los ojos.

El es un imbécil, y no cambiará, no te merece, recuerda que yo estoy contigo, y cuando tú quieras separarte de ese idiota, solo necesitas decírmelo, y nunca te volverá a lastimar, entendido - Jimin asintió volviendo a abrazar  al pelinegro, era de eso pequeños momentos en el cuál se sentía protegido.

Taehyung, le recordaba que no estaba solo en este mundo cruel, que tenía con quién contar, en las buenas y en las malas.

Nunca Lo Olvidaré Donde viven las historias. Descúbrelo ahora