Can you see it?

Capítulo 3 | Una señal del destino

Me desperté exaltada y transpirada por el sueño que había tenido, la primera palabra que salió de mi boca esa mañana fue "Matías", soñé sucesos horribles que le pudieron haber pasado ayer, y aunque su madre me había confirmado que estaba todo en orden igualmente tenia miedo.

Antes hablábamos muchísimo y me contaba todo hasta que comenzó a salir con su ex y se separo de mi, conocía sobre su depresión, sus intentos de suicidio, sabia donde estaba cada cicatriz que refugiaba e igual se alejo de mi. Había logrado sanar varias de ellas pero no me dejo seguir intentándolo. Luego de que se fue nunca mas supe nada mas de el, tampoco lo busque, ni el a mi.

Ultimo día de clase, no lograba creer que ya había acabado toda mi secundaria, pero lo que mas me sorprendía es que cuando ya creía que tenia mi vida mas resuelta llego Matías para hacerme pensar en lo que fue toda mi vida y como casi nunca seguí lo que me gustaba, ni a el. Partes de mi querían que el pasado fuesen diferentes, pero con experiencias se madura dicen, aunque yo sigo cayendo en el mismo pozo una y otra vez sin aprender nada; quisiera volver a nacer pero reescribiendo la historia a mi antojo. "Quiero volver a aquel año, ya se que debo hacer"

Desayunaba tranquila mientras veía como la aguja del reloj se movía lentamente haciendo un ruido insoportable, no veía la hora de salir corriendo de este lugar gris y aburrido. Encendí la televisión para ver que una noticia mencionaba que hoy el cielo iba a estar como el día de ayer, al escuchar eso mi corazón comenzó a latir muy rápido recordando todo lo que había sucedido generando un nuevo pensamiento en mi mente, tenia que hacerlo... no podía seguir ocultando lo que siento sobre el desde hace mucho tiempo, y si realmente es mi alma gemela no puedo volver a dejarlo ir, siempre creí que si realmente dos personas estaban destinadas a estar juntas aunque se separaran iban a van a volver a encontrarse, tenía mis dudas pero quería intentarlo, no podía quedarme con él miedo, mas que había vuelto, era el destino.

Sali corriendo de mi casa para llegar lo antes posible al colegio, a las pocas cuadras comencé a sentir como gotas del sudor resbalaban por mi frente y a la vez por la llovizna que había comenzado un tiempo antes que cada vez se hacia mas fuerte, no tenia nada para cubrirme, la niebla empezó a hacerse presente de a poco haciendo que todo color distinguible se vea de la misma forma, por lo tanto no llegue a diferenciar un charco a lo lejos y termine cayendo arriba de este manchándome todo el uniforme con lo que se supone que era agua. Me angustie, odiaba todo lo que estaba soportando y tenia miedo de que cada segundo perdido sea un momento mas para alejarme de mi alma gemela. No lograba levantarme porque siempre volvía a caer por el agua estancada, los nervios me empezaron a jugar en contra cuando lagrimas brotaron de mis ojos, empece a sentir el frio apoderarse de mi cuerpo cuando de pronto un color aun mas oscuro se posiciono arriba mio y la lluvia ya no se encontraba, subí la mirada y vi como el chico del que siempre había estado enamorada se encontraba parado frente a mi con un paraguas sujeto a su mano.

- Lili - Su voz cálida hizo que mi corazón diera un vuelco, ver como sus labios pronunciaban mi nombre encendió algo dentro de mi que hizo que con las pocas fuerzas que me quedaban me parara y lo abrazara tan fuerte que hasta cierto punto sentía que nuestros brazos habían sido creados para ser unidos, pronto me di cuenta de que quería sentir esta calidez el resto de mi vida.

- Te amo - Dije entre dientes aferrándome mas a el - Si veo el mismo color - se alejo de mi para mirarme mejor y posó su mano en mi mejilla, separo los mechones mojados de mi cara y acerco mi cara a la suya uniéndonos en un beso profundo, ya nada importaba, solo el y yo.

El beso termino y tras separarnos menciono la afirmación mas dolorosa que posiblemente haya escuchado 

- No era verdad, nunca vi el mismo color que vos

Sentí mi corazón doler, me sentía humillada ¿Habrá sido una apuesta? Me sentía humillada, salí corriendo hacia mi casa sin importarme que la lluvia se apoderada de todo mi cuerpo, seguro mas tarde tendría un resfriado pero no pensaba en eso ahora, siempre había preferido huir cuando se trataban de enfrentar situaciones, me dolía, ¿Por que me beso?, llegue a mi casa y fui directo a la cama, mi madre no estaba por lo que no haría preguntas. Lloraba sin importar que gente me escuchara, no lograba entender ¿Por que hizo eso?, me termine quedando dormida con todos esos pensamientos en mi cabeza.