Capítulo 30 | Atracciones

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Comencé a abrir los ojos mientras sentía caricias en mi brazo, una sonrisa inconsciente se formo en mis labios. Podía sentirlo detrás mío abrazándome, tenia su cabeza en mi nuca lo que hacia qué sienta su respiración ganándome escalofríos pero era tan reconfortante.

- Buenos días preciosa.

- Siempre te soles levantar primero.

- Tengo insomnio pero cuando duermo con vos - Me abrazo más fuerte - Siento que puedo dormir como un bebé.

- Te quiero muchísimo.

Seguimos acostados un tiempo mas hasta que el ruido de la puerta nos alarmo, ya nos habíamos vestido con un poco de ropa por el frio de la noche, aun así no le había contado a mi mama que Matías se había quedado a dormir en casa.

- Preciosa ¿Estas en casa? - Me congele escuchándola fuera de la puerta.

- Contéstale algo - Interrumpió el infiltrado cuando vio que no reaccionaba.

- Si Ma, me acabo de despertar - Respondí tartamudeando.

- ¿Recién? Ya son casi las dos de la tarde, ¿Esta todo bien?

¿Ya era tan tarde?

- Si, ya salgo.

- Esta bien, les preparo algo para comer.

Mierda, lo sabia. Escuchamos como los pasos volvieron a ser presentes pero cesaron.

- Bueno creo que ya se fue - Tenia una sonrisa burlona.

- No se de que te ríes.

- A ella no le molesta que me quede, la verdad es que me adora.

- Más que a mi aveces.

- No digas eso, sos demasiado adorable como para que alguien no te quiera.

- Eso lo dices porque sos mi novio.

- En parte.

Le di un beso y me levante de la cama para prepararme. Cuando ambos estuvimos cambiados salimos del cuarto y nos dirigimos a la cocina, el olor a tuco se hizo presente, estaba haciendo pasta.

- Buenos días, bastante tarde se despiertan, ¿Noche pesada? - Pregunto mi mama mirándome de reojo.

- Mama...

- No dije nada raro, no se en que pensas - Puse los ojos en blanco.

Comimos los ravioles con salsa que mi mama había preparado.

- Muy rica la comida, muchas gracias - Agradeció Matías.

- No es nada, espero que vengas muchas veces mas, siempre es un gusto tenerte en mi casa.

Ayudamos a mi mama a lavar los paltos y luego volvimos a mi cuarto.

- ¿Qué queres hacer? - Me pregunto.

- No se, me parece que quedarme encerrada ya no es opción ¿No?

- Sabes que amo quedarme con vos encerrada todo el día pero cada tanto hay que salir un poco.

- ¿Qué propones?

- ¿Ir a un parque?

- Solemos hacer mucho eso.

- Es un plan sencillo y gratis.

- Si pero, ¿Y si vamos a un parque de diversiones? - Pregunte emocionada.

- Ahí ya no entra lo gratis.

- Te pago yo si tanto te preocupa.

- No es eso hermosa, veni acá.

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