Capítulo 2 | Sin aceptaciones

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- ¿No vas a decir nada? - Pregunto acercándose a mí.

- Y-yo... no sé de qué hablas...

Tengo que admitir que desde que lo vi el primer día no pude sacarle los ojos de encima, era alto, castaño, ojos verdes, flaco, si antes no podía hacerlo ahora menos. Tenia miedo de como podía afectar todo de ahora en adelante si realmente era mi alma gemela, no lo había visto hace años y ambos cambiamos, ni sabia lo que sentía por el, aparte el tampoco estuvo nunca enamorado de mi, ademas nada duraba para siempre solo por ser almas gemelas. No comprendía como podía volver de pronto a confundirme, decirme que ve mi mismo color y estar como si nada, algo habría tras todo esto, el me había dejado de hablar tiempo atrás y lo acepte ¿Por que tiene que pasar todo esto ahora? Solo quería terminar bien mi ultimo año. Ni siquiera me había dicho nunca en la vida que veía el mismo color que yo, es un mentiroso. Dios estaba sobre pensando demasiado las cosas. 

- ¿Por qué mientes? Se que ves el color lila pastel, sino ¿por que te pusiste nerviosa cuando mencione lo de tu remera?, o ¿Por qué te gustaría el cielo si se vería gris?

- Li-l... - El lila encima mio se esfumo de pronto y el gris se hizo presente, de nuevo mi mundo se apago, creo que este era mi momento- N-no yo no veo el color lila, es que me gusta cuando el cielo está gris, y justo ahora no esta gris ¿ves?, y como ahora ya no esta igual no me gusta - asentí nerviosa, me estaba matando. Era muy mala mentirosa.

Hay que admitir que realmente me rompió el corazón lo que dije aunque no sabía el porque... ¿Pude haber perdido a mi alma gemela por estúpida? Si.

- Ah, discúlpame, me tengo que ir - no alcance a mencionar palabra ya que se había ido demasiado rápido.

Me fui a mi casa con un dolor soportable en mi corazón y un nudo grande en la garganta que hizo que con dificultad respondiera a la pregunta de mi madre sobre "¿cómo me había ido en la escuela?", cuando dejé mis cosas me fui directo a mi cuarto y me tire a la cama a pensar, ¿Qué hubiese pasado si le respondía que si veía el mismo color que el?, ¿Será que realmente es mi alma gemela?, ¿Y si le hablo?

Me quede haciéndome esas preguntas por horas hasta que mi madre me llamo a comer, cuando termine volví a mi cuarto y me quedé dormida, tiempo después me despierta una llamada, al ver el nombre escrito en mi teléfono no lo podía creer, era Matías, nunca había borrado su numero, mi corazón empezó a latir tan fuerte que torpemente atendí al instante, ¿Qué quería a esta hora?

- Lilian... - Al oír eso pude notar que casi ni podía hablar y me preocupe muchísimo.

- ¿Mati? ¿¡Matías!? - No obtuve una respuesta y junto a eso empecé a imaginar los peores escenarios ya que él hace unos años había tenido varios intentos de suicidio.

- C-calma... no pasa nada... sol-solo confía en mi... - su voz era tan relajante como si estuviera apunto de dormirse cosa que no me tranquilizaba, tenia mucho miedo - Te... - No logro terminar la oración y colgó ¿Que habrá pasado?

Cuando cortó la llamada mi mano comenzó a temblar pero con la poca fuerza que me quedaba rápidamente le marqué a su madre para que vaya a revisar si todo estaba bien y al parecer así fue, me dijo que simplemente estaba dormido y todo estaba en orden, le agradecí disculpándome por haberla levantado. Mi miedo ceso pero mi duda ahora era otra ¿Que me habrá querido decir? ¿Enserio estaba todo bien? Me acomode nuevamente para lograr conciliar nuevamente el sueño y luego de varios largos minutos lo logre.

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