"De lejos la luna se ve de cerca"
Addison Pitts
Momentos después de haber salido por la puerta de la casa vacacional, ahora de Aaron, me di cuenta de que me sentí saciada, relajada, satisfecha y alegre.
Verlo arrodillado, sin camisa y aguantando su parte baja era para hacer resaltar los dioses del olimpo. Lo humille de igual manera que el a mí, solo que yo utilice la fuerza mayor. No creí que la vida me presentaría una oportunidad como esta, pero aproveche hasta el más mínimo detalle.
Mientras manejaba de regreso a casa todo lo que vagaba por mi mente era "Aaron". Me preguntaba que el pensaría de mí, como me vería después de esto. ¿Lo volvería a ver? ¿Sería capaz de tener una amistad con él? ¿Podía confiar en él? ¿Qué hare si lo veo de nuevo? Preguntas y preguntas rodaban por mi mente pero a la mayoría de ellas no les tenia respuesta.
Una vez más de regreso en casa, tire las llaves del auto en la mesa de cristal junto a la puerta. Caminé piso arriba hacia mi cuarto, me desvestí, solté mi cabello y me dirigí a mi baño que se encontraba dentro de mi cuarto. Gire las llaves del grifo y gradué el agua para que saliera lo suficientemente caliente; me introduje en la ducha y cerré los ojos dejando que las suculentas gotas viajaran por mi cuerpo. Mientras que yo cerraba los ojos y me dejaba llevar en un trastorno incomprensible.
Aaron Horan
—Eso es pasajero, solo tienes que tirarte a otra chica, no te preocupes, te estas ahogando en un vaso de agua Aaron. Recuerda mujeres es lo más que hay y preserva en este mundo.—decía Jason desde el otro lado de la línea, sus consejos por lo general me resultaban.
—Lo intentaré pero no garantizo nada, juro que en mi vida no he visto cosa igual.—suspiré dejando mi frustración salir. —soy el mujeriego más probado y eso no cambiará por nada ni nadie.
—¡Deja de decir mamadas!—rugió desde el otro lado del teléfono. —Esa mujer no es la última cosa del desierto, así que ponte las pilas y ve al club.
—¡Jason que no son mamadas! Si estuvieras en mi lugar entenderías maldito hijo de puta— le respondí entre carcajada y euforia.
—Soy tu mejor amigo desde pequeños y te conozco como la palma de mi mano, esto solo es una simple distracción y te estas dejando dominar. Dejaré Chicago en unos días para ir a Nueva york y consolarte con un vibrador, ¿Te parece?—rió solo y luego resoplo.— pronto llamaré para que me dictes la dirección.
—Cállate idiota, gracias por escucharme espero tu llamada.—colgué la llamada y sonreí para mí mismo.
¿Acabo de pedirle consejo a Jason sobre Addison?
Algo va mal conmigo y mi mente definitivamente. Conozco a Jason de toda la vida otro mujeriego por el mundo. Juntos vamos al club a saciarnos y olvidar los problemas que nos rodean. Pedir consejos a Jason era descabellado pero siempre me resultaban y esperaba que este último que me dió resultara de igual manera que el resto.
Luego de llevar horas solo en casa decidí llamar a Mark pero no respondió, por tanto debía de estar ocupado en el trabajo.
Entonces tenía tres opciones:
1) Quedarme en la casa y seguir viendo la televisión.
2) Salir a "mirar" Nueva York, claramente iba a ver las mujeres y no edificios.
3) Ir al club de sexo.
La idea del club de sexo parecía demasiado de muy tentadora para poder obviarla. Entonces ¿Por qué no?
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EL Club de Sexo
HumorQuien diría que la vida se basa en momentos rápidos y como viento desaparecen. Momentos que nadie más puede ver más que tú. Momentos tristes y alegres. Momentos de enojo e inseguridad. Esos y muchos más ocupan nuestro corazón y mente. Pero solo en u...